
Ayer, en Madrid, ante un salón de actos lleno, en la Asociación de la Prensa, en la calle Juan Bravo, Bob Amsterdam, socio principal de Amsterdam and Partners LLP, se despachó a gusto contra la voraz e insaciable Hacienda española. El despacho americano, que defiende los intereses de extranjeros residentes en España que han sido estafados por la Agencia Tributaria (la utilización del término se hace evidente, porque hay estafas legales, lo mismo que existe la usura legal en este país), por boca de su fundador y CEO, indicó que “Hacienda realiza prácticas abusivas, autoritarias y contrarias al Estado de Derecho”. El informe resalta que “las acciones de la Agencia Tributaria hacen que la vida de los contribuyentes se convierta en un infierno”. Bob Amsterdam se pregunta: “¿Cómo puede ser que tengamos que venir desde los Estados Unidos para contar este horror?”. También sostiene el despacho norteamericano que Hacienda practica con los ciudadanos “una estrategia de intimidación” y que existe “una falta total de transparencia en el sistema de incentivos de los inspectores”. Se refiere a que los inspectores y sus grupos subalternos cobran incentivos por las actas levantadas contra el ciudadano, cantidades muy importantes. Es como si a un juez le pagaran un bonus por cada sentencia que dicte que favorezca a la administración y perjudique al ciudadano, algo intolerable en un Estado de Derecho. Una canallada que paga cada español, y más con el brutal gasto público de los políticos del actual Gobierno, aunque en esta auténtica ladroniza no es inocente el PP, ni con sus actuaciones, ni con su mal ejemplo. Que le pregunten, si no, al imbécil de Montoro. Si quieren un dato, que no vi ayer en las reseñas que he consultado de esta comparecencia, cada español está pagando el 40% de sus ganancias, de media, a la Hacienda pública, en un país en el que existen “ceros” energéticos y los trenes se paran. En un país en el que te roban desde la propia administración y en un país en el que La Moncloa tiene que pedir dinero extra para pagar a 800 enchufados. Si incluimos la amortización de la brutal deuda pública española, este porcentaje se eleva al 42%. Ya digo que este dato no lo contempla el informe de Amsterdam, que sepamos, se trata de una información propia. Pero el informe es demoledor y de él ya se están haciendo eco los diarios financieros más famosos del mundo, advirtiendo que no es rentable ni invertir ni, acaso, residir en España, que hay otros países europeos mucho más atractivos fiscalmente. Hablo ahora de cultura.

El festival de cultura en la calle, Mueca, un clásico en el mes de mayo portuense, ha dado comienzo y estará abierto en las calles hasta el domingo, día 11. El programa oficial es muy extenso y es tradición que miles de personas, sobre todo viernes y sábado, asistan a los actos, celebrados íntegramente en el exterior. Además, con el buen tiempo que hace en el Puerto de la Cruz, la fiesta cultural se hace todavía más agradable y atractiva. Los ayuntamientos, del signo político que sean, han respetado este festival. Es una pena que no haya continuado aquel Festival Internacional de Cine, que se inició siendo alcalde Félix Real, ni el Festival Internacional de la Canción del Atlántico, que inició Felipe Machado del Hoyo y terminó Felipe Machado González de Chaves. Una pena que no nos duren las cosas que le dieron lustre al Puerto de la Cruz. Por cierto, el papa León XIV visitó hace años Tenerife, supongo que como prior de los Agustinos, que llevan instalados en dos parroquias portuenses desde 1958.

Los agustinos tuvieron colegio en el Puerto de la Cruz, en la Casa Ventoso, ahora vendida al Cabildo, durante muchos años, tienen casa-residencia en la ciudad y atienden a dos parroquias, la Matriz de Nuestra Señora de la Peña de Francia y la parroquia de La Peñita, en el barrio de La Ranilla. Han cumplido con su cometido docente y pastoral con una dedicación absoluta y despiertan muchas simpatías en sus parroquias por su dedicación ejemplar hacia los fieles. Los agustinos llegaron al Puerto en 1958, pero ya habían estado siglos atrás, según el cronista Álvarez Rixo. El nuevo papa estuvo en el Puerto visitando la comunidad, según informó ayer un canal de televisión, que contó las veces que el papa León XIV ha estado en España. Los agustinos imparten Derecho, desde hace muchos años, en el Monasterio de El Escorial, del que son custodios, y tienen un centro de enseñanza enorme en Valencia de Don Juan (León). En el Centro María Cristina de El Escorial han seguido sus estudios de Derecho figuras de la política española, entre ellos el presidente que fue de la II República, don Manuel Azaña. Luego dejó que los asesinos del Frente Popular se le subieran a la chepa. Termino con Los Beatles.

La escultora Marta Von Poroszlay, el director de cine Raúl Jiménez y el historiador José Francisco López se han reunido con la concejala de Cultura del Puerto de la Cruz para iniciar los trámites para la creación de la estatua dedicada a Los Beatles, que estuvieron en el Puerto de la Cruz al comienzo de su carrera –menos John Lennon, que se quedó en Torremolinos–. Estaría ubicada, probablemente, en el paseo de San Telmo, que ellos recorrieron tantas veces durante su estancia. Por fin, el Ayuntamiento se interesa, o eso parece, por una petición de los ciudadanos portuenses, que quieren inmortalizar la estancia de los famosos “escarabajos” en la ciudad, cuando aún ni siquiera eran famosos en Inglaterra, aunque sí días después de su llegada al Reino Unido, desde Tenerife, fechas que coincidieron con la aparición de su primer disco. Junto a la escultura se quiere realizar un documental de la estancia de Los Beatles en la isla. Desde luego, a mí la idea me parece formidable y le daría un empujón musical importante al Puerto, receptor de tanta gente famosa a lo largo de los tiempos. Klaus Voorman, que fue uno de los primeros managers de Los Beatles, todavía pasa temporadas en el Puerto de la Cruz con su familia, en el hotel “Tigaiga”, propiedad de la familia Talg, en el Taoro. Una familia que tanto lustre le ha dado a la hostelería tinerfeña.