Que el Gobierno español no sea ingenuo y que Sánchez, si Marruecos tiene algo comprometido sobre él y su familia, que intente liberarse de ese problema. El enemigo es Marruecos. Quien paga a periodistas españoles y crea estados de opinión es Marruecos. Quien mantiene espías en España –y en Canarias— es Marruecos. Quien quiere desestabilizar España es Marruecos. Hasta ahora, el rey de España, el hoy emérito, timoneaba bien a los monarcas marroquíes, porque le tenían respeto. No parece ocurrir lo mismo entre Mohamed VI y su “primo” Felipe VI porque el rey marroquí no cesa de joder la pavana con Ceuta y Melilla, cerrando y abriendo pasos fronterizos; tampoco deja de corretear con su fueraborda las costas de los peñones de soberanía española, ni de reclamar la final del Mundial de fútbol, ni los grandes premios automovilísticos. Incluso ha publicado alusiones, con mala leche, a la soberanía de las Islas Canarias. Marruecos no ha querido negociar con España sobre sus aguas de soberanía y Sánchez ha sido tan idiota que le ha reconocido el derecho sobre el antiguo Sahara Español, a cambio de nada. España tiene en sus manos a Marruecos si les cierra el paso por la Península a los miles de marroquíes que trabajan en Europa, sobre todo en Francia, y regresan de vacaciones a su país en los meses de verano. También tiene España de su lado, en teoría, a la Unión Europea –en la que pinta cada vez menos—, que podría bloquear las importaciones agrícolas del reino alauita, a petición de nuestro país. Pero Sánchez no se atreverá, mientras Marruecos lo tenga cogido por cierto sitio. No se olviden de lo que les digo: el enemigo de España es Marruecos, que ha reforzado por algo su fuerza aérea y que está reivindicando territorios españoles; y eso en todo el mundo se considera un acto hostil. Sánchez ha puesto a España en una difícil tesitura. Lo que sabe Marruecos de él y de su familia sólo lo conoce él, pero esa invasión silenciosa de Marruecos en España es cierta, una invasión programada y con resultados que pueden ser muy peligrosos. Y el que vea esto como racismo es que es idiota. Y el que no vea el negocio de las ONG –no de todas— es que es idiota también. Aquí el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Y 12,5 millones de españoles tienen dificultades para llegar a final de mes; y nosotros gastándonos el dinero de los impuestos en miles de inmigrantes ilegales, que tenían que ser deportados, no premiados con móviles, ropa y otros elementos que no son, desde luego, de primera necesidad. Ahora quieren habilitar naves industriales para alojarlos, desbordados los centros de acogida. ¿Denunciar esto es racismo? El negocio, con sus riesgos, es montarse en una lancha y llegar a España, o en un barco nodriza, lo que no conlleva riesgo alguno. Y supone una terrible crueldad del Gobierno español permitir que muchos inocentes mueran en el mar, por no tomar medidas por miedo. Coalición Canaria tampoco es inocente: Pedro Sánchez no merece su voto en el Congreso.
martes, septiembre 10, 2024
El enemigo es Marruecos
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Parole vere!
Totalmente de acuerdo: Marruecos es el enemigo