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miércoles, 25 junio,2025

El doble discurso de Podemos ante las denuncias de abuso sexual

El partido que hizo del feminismo una de sus principales banderas enfrenta hoy una de sus mayores crisis. Podemos, autoproclamado defensor de los derechos de las mujeres, ha sido golpeado por una serie de acusaciones de abuso sexual contra varios de sus miembros, generando un terremoto interno y una brecha en su discurso público. La falta de transparencia y la aparente pasividad ante las denuncias han puesto en entredicho su compromiso con la lucha contra la violencia machista, dejando en evidencia una gestión marcada por el silencio y la protección a los señalados.

Denuncias ignoradas y falta de respuesta

El caso más mediático es el de Juan Carlos Monedero, cofundador del partido, quien enfrenta acusaciones por violencia sexual de varias mujeres. Podemos ha reconocido haber recibido al menos dos denuncias internas contra él en septiembre de 2023. Sin embargo, lejos de tomar medidas inmediatas, la formación permitió que Monedero siguiera ocupando un lugar relevante en sus actos políticos, llegando incluso a sentarlo en primera fila en un evento clave cuatro días después de haber recibido la primera denuncia.

El problema no se reduce a este caso. Otras denuncias han surgido contra figuras del partido, lo que sugiere un patrón preocupante de encubrimiento y desidia. A pesar de la insistencia en que se respeten los protocolos y que se actúe con contundencia, Podemos ha demostrado, en la práctica, una gestión errática y opaca de las acusaciones que afectan a sus dirigentes y militantes.

Contradicciones en el relato feminista de Podemos

La formación morada ha sido pionera en impulsar leyes como la del «solo sí es sí» y en exigir protocolos estrictos para proteger a las mujeres dentro de las organizaciones. No obstante, su actuación ante las denuncias internas contrasta con el discurso público que han sostenido sus líderes.

Cuando estalló el caso de Íñigo Errejón, Irene Montero, exministra de Igualdad, escribió en redes sociales que «una víctima no es menos víctima si no denuncia». Sin embargo, ante las denuncias contra Monedero, el partido se escudó en la falta de una denuncia formal en los juzgados para no actuar con mayor contundencia. Esta contradicción ha sido señalada por diversas asociaciones feministas, que han criticado a Podemos por aplicar un doble rasero dependiendo de quién sea el acusado.

Silencio, desinformación y una estrategia de contención

La estrategia de Podemos ante estos escándalos ha estado marcada por el hermetismo. Según testimonios, Monedero no fue informado de las acusaciones ni se abrió un expediente en su contra hasta que la presión mediática hizo imposible seguir ignorando el tema. En paralelo, las denunciantes han señalado que el partido no les brindó la atención ni la respuesta adecuada, a pesar de que muchas de ellas proporcionaron datos concretos y contacto directo para ser escuchadas.

Además, Podemos ha evitado dar explicaciones claras sobre si los acusados han sido suspendidos de militancia o si se han tomado medidas disciplinarias más allá de apartarlos de los focos. Esta falta de claridad ha generado críticas tanto dentro como fuera del partido, debilitando aún más su imagen ante la opinión pública.

¿Una crisis que marcará el futuro de Podemos?

El impacto de estos escándalos no es menor. Podemos, que ya enfrentaba una pérdida de apoyo electoral y una crisis interna tras la ruptura con Sumar, ahora ve tambalearse una de sus principales señas de identidad. La falta de contundencia en la gestión de estas denuncias puede agravar su desconexión con un electorado que confiaba en su compromiso con los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género.

A medida que surgen nuevos testimonios y el silencio del partido se vuelve insostenible, Podemos se enfrenta a un dilema que podría definir su futuro: o toma medidas claras y contundentes para recuperar su credibilidad o seguirá hundiéndose en la contradicción de predicar una lucha feminista mientras protege a los suyos ante acusaciones graves.

Gabriel Suárez
Gabriel Suárez
Redactor de El Burgado, estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, directivo de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas, Vicepresidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna y colaborador en programas de televisión y emisoras de radios

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