El cardenal argentino Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco, ha ofrecido nuevos detalles sobre el estado de salud del pontífice este viernes 21 de marzo de 2025. En declaraciones recientes, Fernández descartó de plano los rumores sobre una posible renuncia de Francisco, afirmando con rotundidad: «No creo…», al ser consultado sobre esa posibilidad. Sin embargo, advirtió que el papa enfrenta un desafío significativo tras su reciente ingreso hospitalario, señalando que «tendrá casi que volver a aprender a hablar» debido a los efectos de una prolongada dependencia de oxígeno a alto flujo.
Aunque no se emitió un parte médico oficial este viernes, el cardenal explicó que la rehabilitación será esencial para Francisco, ya que «tanto tiempo con el oxígeno a alto flujo te seca todo y te cuesta hablar». No precisó si sus comentarios se basan en una visita reciente, una conversación telefónica o correspondencia con el papa, pero destacó que su regreso al Vaticano marcará el inicio de «una nueva etapa» en su pontificado. Fernández, conocido por su cercanía con el papa desde hace más de una década, sugirió que esta experiencia transformará a Francisco, quien «habrá aprendido muchas cosas en estos meses» y podría sorprender con nuevas iniciativas.
El papa, de 88 años, ha estado bajo atención médica en el hospital Gemelli de Roma desde finales de febrero debido a complicaciones respiratorias, lo que ha alimentado especulaciones sobre su continuidad al frente de la Iglesia Católica. Fernández, sin embargo, proyectó optimismo al describirlo como «un hombre de sorpresas» y afirmó que este período de adversidad será «fecundo para la Iglesia y el mundo». La incertidumbre sobre su salud persiste, pero las palabras del cardenal refuerzan la idea de que Francisco no tiene intención de seguir los pasos de su predecesor, Benedicto XVI, quien renunció en 2013.
Este pronunciamiento llega en un momento delicado para el Vaticano, con debates internos sobre el rumbo de la Iglesia y la implementación de reformas impulsadas por Francisco. Mientras el papa se prepara para una recuperación que podría alterar su rutina, la expectativa crece sobre cómo esta «nueva etapa» influirá en su liderazgo y en el futuro de su pontificado. Por ahora, Fernández ha dejado claro que, pese a las dificultades, la renuncia no está sobre la mesa.