Cada año, alrededor de 60 niños y adolescentes en Canarias son diagnosticados con algún tipo de cáncer infantil, una enfermedad que, aunque en muchos casos tiene altas tasas de curación, deja secuelas neuropsicológicas significativas en los pacientes. Frente a esta realidad, la Universidad de La Laguna (ULL) ha impulsado un proyecto innovador que busca mejorar la calidad de vida de los supervivientes de cáncer infantil a través de la intervención neuropsicológica.
El profesor Sergio Hernández Expósito, titular de Neuropsicología en la ULL y coordinador de prácticas externas en Neuropsicología de Hematología Pediátrica, lidera este proyecto. Además, forma parte de la Red de Asistencia al Niño y Adolescente con Cáncer, creada en 2021 por resolución de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
El impacto del cáncer infantil más allá de la enfermedad
El diagnóstico de cáncer en un menor supone un impacto devastador para la familia. «No hay noticia más tremenda que decirte que tu hijo tiene cáncer», afirma Hernández Expósito. La enfermedad desestructura el hogar, dejando en segundo plano a los hermanos del paciente e incrementando la probabilidad de crisis familiares y divorcios. Además, la hospitalización prolongada y los tratamientos agresivos generan secuelas cognitivas y emocionales que afectan el desarrollo académico y social de los niños.
Los tratamientos más frecuentes para el cáncer infantil incluyen la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Sin embargo, estos tratamientos no distinguen entre células sanas y cancerosas, por lo que pueden dañar estructuras cerebrales en desarrollo y provocar déficits en memoria, lenguaje, habilidades espaciales y funciones ejecutivas. Estos déficits, a su vez, repercuten en la capacidad de lectura, escritura y cálculo de los niños afectados, limitando sus oportunidades educativas y su integración social.
Un proyecto para mejorar la calidad de vida
Conscientes de esta problemática, un grupo de profesionales liderado por Hernández Expósito, en colaboración con especialistas de distintos hospitales de Canarias, decidió dar un paso adelante. «La curación es solo la mitad del asunto», señala el profesor, enfatizando la importancia de garantizar una vida plena a los supervivientes.
El proyecto se enfoca en evaluar e intervenir en los déficits neuropsicológicos derivados del cáncer y sus tratamientos. A través de la Red de Asistencia al Niño y Adolescente con Cáncer, se han unificado esfuerzos entre la Residencia Sanitaria, el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria, el Hospital Universitario de Canarias y el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, permitiendo acceder a ensayos clínicos y ofrecer una atención más integral.
Uno de los principales objetivos del proyecto es fomentar la investigación y la rehabilitación neuropsicológica. En 2016, el equipo presentó una propuesta en el Parlamento de Canarias para incentivar estas áreas, logrando su aprobación. Desde entonces, han trabajado en la búsqueda de recursos y financiación para implementar evaluaciones psicológicas y diseñar programas de intervención adaptados a las necesidades de cada paciente.
Uno de los aspectos más alarmantes es que solo el 10% de los niños supervivientes de cáncer acceden a la universidad. No porque su enfermedad se los impida, sino porque no se les brinda el apoyo necesario para superar las dificultades cognitivas derivadas de los tratamientos.
El proyecto de la ULL busca revertir esta situación proporcionando estrategias para mejorar el rendimiento académico de estos niños y adolescentes. Entre las iniciativas propuestas se encuentran la adaptación de los programas educativos, el diseño de planes de intervención personalizados y la capacitación de docentes para comprender y abordar las dificultades de aprendizaje de estos alumnos.
Un futuro con esperanza
Gracias a la labor de este equipo de especialistas, se están sentando las bases para que los niños que han superado el cáncer puedan tener una vida plena y alcanzar sus sueños académicos y profesionales. A través de la investigación, la colaboración interinstitucional y la sensibilización social, la Universidad de La Laguna sigue demostrando su compromiso con el bienestar infantil y el derecho a una educación inclusiva.
Este proyecto es un ejemplo de cómo la ciencia y la educación pueden unirse para generar un impacto positivo en la sociedad, ofreciendo a los niños supervivientes de cáncer la oportunidad de un futuro lleno de posibilidades.
