A buenas horas, mangas verdes. Ayer, Instagram censuró una foto de Susana Estrada que mostraba una teta, en presencia de Tierno Galván y hasta de Adolfo Suárez –éste no se veía en la gráfica–, publicada por El Burgado.com. Esa foto es mítica de la bendita Transición y fue tomada por la gran fotoperiodista Marisa Flórez, a quien yo conocí en el diario Pueblo. Todo viene de los pudores falsos de los norteamericanos, que son capaces (algunos, claro) de cometer las mayores aberraciones sexuales, pero que, en general, ven un pezón y se echan a correr. Yo no sé por qué esa aversión a los pezones de mujer, que son una maravilla. Sólo permiten su publicación cuando hay un niño mamando o cuando se trata de protestas de mujeres en bolas y todas pintarrajeadas, por cualquier cosa que ellas estimen que deben protestar. Así que tuvimos, en Instagram no en el periódico, que taparle la teta a Susana Estrada y todos tan contentos. Espero que ella no se moleste por el pixelado, con sus casi 80 años y con el mérito de que fue la primera mujer en enseñar las tetas cuando Franco estiró la pata y ya doña Carmen Polo no mandaba un carajo en este país, por la gracia de Dios. Pues no celebramos ni nada los jóvenes de esa época las actuaciones de Susana Estrada en Madrid. Hasta yo fui una vez a verla, pero si me preguntan ahora en qué sala actuaba, no recuerdo.
El profesor Tierno fue un gran alcalde de la capital de España, que hacer no hizo mucho, pero su comportamiento liberal, sus diatribas a la población, sus declaraciones progresistas y sensatas, sus celebrados bandos y sus lecciones cotidianas de libertad de expresión a mí me cautivaron para siempre. Represaliado y desposeído momentáneamente de su cátedra por su talante liberal, es uno de los grandes del cambio político en España. Y Susana Estrada fue una especie de musa cutre de todos ellos, cuyo mérito principal estaba en enseñar las tetas, que en aquella época era empresa muy arriesgada, porque había por España, regada, una casta de carcas de cojones. Pero fachas que pegaban y hasta eran capaces de matar, así que bendito Tierno y bendita Susana. Y bendita Transición, que algunos ignorantes maldicen hoy. Y ahora viene Instagram, cuyos censores no entienden nada de nada, a hacernos borrar su pezón. Váyanse por ahí, toletes. Hay gente muy burra y los censores de nuevo corte son iguales o peores que los que tachaban párrafos y arrancaban hojas de los libros durante la dictadura. No tienen puta idea de la historia, ni del valor y el significado que tienen sus protagonistas. Como si un pezón femenino fuera el diablo. ¿Y un pezón masculino? ¿No será eso discriminatorio? Bueno, da igual, lo cierto es que fuimos censurados y que yo estoy encantado de haber lanzado esa foto, que recuerdo con muchísimo cariño, lo mismo que a sus protagonistas. Estamos yendo hacia atrás, como los cangrejos. Y de este fin de semana no tengo mucho nuevo que contar, si no es la alegría porque ganó el Real Madrid, que ya saben que es mi equipo del alma. Mi alegría será total si el Gerona le gana hoy al Barcelona, que no creo porque esos culés tienen la suerte metida en ese sitio, precisamente. Así que a sufrir.