El autócrata

Hay escritores mucho más valientes que yo. El ex ministro César Antonio Molina, por ejemplo, que formó parte del Gobierno del compinche del dictador Maduro, el tal Zapatero, al que dicen que el régimen chavista le ha regalado la explotación de una mina de oro en la selva venezolana. Ha dicho César Antonio Molina lo siguiente: “Este Gobierno de España lo componen un autócrata que necesita un psiquiatra, junto a comunistas, racistas, terroristas pro-Maduro y pro-Putin, prevaricadores, sediciosos y malversadores. ¿Nos merecemos esto?”. César Antonio Molina, un intelectual, ha definido en cuatro líneas al Gobierno de España, o al Gobierno de Sánchez, que tras sus vacaciones en Islandia y en Lanzarote, se fue a África y a Andorra (más de 2.000 euros diarios el hotel) con Begoña. A África se llevó 51 personas de séquito, más los seis tripulantes del avión de la Fuerza Aérea y se alojó, naturalmente, en suites de cinco estrellas. Antes había destacado otro séquito a los tres países, para preparar el viaje, entre ellos varios asesores, directores generales y personal diplomático. Y para no ofrecer información a los medios de todo lo que costó esto, se acoge a la Ley de Secretos Oficiales. ¿Saben quién firmó esa ley?: Franco. O sea, que a tomar por saco la memoria histórica; aquí, cuando nos interesa, sacamos a pasear el cadáver del antiguo inquilino del Valle de los Caídos y nos aprovechamos de sus leyes. Sánchez, que tiene una cara que se la pisa, no sabe dónde meterse cuando sale a la calle. Cuando deje de ser presidente, él y Zapatero se tendrán que construir un laberinto porque cada vez que salen a la calle en España la gente se les echa encima. Y también en el extranjero. Zapatero, por ejemplo, tampoco puede pasear por Caracas, primero porque lo atracan y después porque le silban. La gente no quiere a Bambi, ni al autócrata, detesta a los personajes, sin embargo los obedientes socialistas no le restan a Sánchez los suficientes votos para que se quede con el culo al aire. Es curioso este país, le silba y le vota al mismo. Yo no lo entiendo. Yo si le silbo a un jugador en el campo de fútbol no quiero que el entrenador lo ponga en la alineación. Con Sánchez pasa lo contrario, le quieren y le odian los mismos. No sé, será una esquizofrenia general, extendida por el país de manera inexorable. Tendré que estudiarlo con algún amigo sicólogo y con otro amigo sociólogo. De momento, les dejo con la reflexión de un intelectual de la talla de César Antonio Molina: “Este Gobierno lo componen un autócrata necesitado de un psiquiatra, junto a comunistas, racistas, terroristas pro-Putin y pro-Maduro, prevaricadores, sediciosos y malversadores. ¿Nos merecemos esto?”. Pues yo creo que no, que no nos merecemos nada de esto. Por eso les digo que hay escritores y opinadores mucho más valientes que yo, como César Antonio Molina. Fue ministro con Zapatero, así que debe conocer bien el percal.