
Lo del Hospital Universitario de Canarias (HUC) no tiene nombre. No se ha solucionado ni uno solo de los problemas que viene arrastrando el centro durante años. El asunto más peliagudo, el servicio de Urgencias, sigue con problemas tremendos, derivados de la escasez de personal y de espacio. A pesar de todas las quejas, nadie pone el dedo en la llaga, nadie aporta soluciones y la Gerencia y la Dirección Médica del Hospital son un completo ejemplo de inacción. ¿Qué hace la Consejería de Sanidad? ¿Por qué no toma medidas urgentes? Hace unos días ha dimitido el jefe de Enfermería, Óscar Mora, y a estas dimisiones se han unido las del director de Gestión, Eufrasio Gutiérrez Casañas, y de la subdirectora de Gestión, Asunción Peraza Luis. Puede decirse que el HUC está al pairo, sin profesionales suficientes, con servicios que funcionan rematadamente mal, mal gerenciado y peor dirigido. Y asiste a una población de más de 500.000 personas. La atención en el servicio de Urgencias se demora hasta más de 12 horas y todavía se encuentran los enfermos en los pasillos, sin privacidad, con un triaje difícil por parte de los encargados de llevarlo a cabo y se duda de que la asistencia sanitaria no haya causado ya problemas serios a los enfermos, a causa de la impotencia de los profesionales de servicio, agotados, sobrepasados en sus funciones y con el peligro añadido de no poder cumplir bien con su trabajo. Si la gente se anima a denunciar colapsaría los juzgados, porque se cuentan situaciones de auténtica aberración sanitaria en un centro que un día fue modélico en la atención a sus pacientes y de un servicio de Urgencias que fue también un ejemplo para los hospitales españoles. Para tapar todo eso, los dirigentes hospitalarios, o quien sabe si desde el propio Gobierno de Canarias, se encarga a la Televisión Autonómica un programa ensalzando al HUC, como si el centro no fuera el auténtico caos que es. El problema es de organización y de presupuesto: los médicos del HUC ganan menos que los del otro hospital de referencia, el Universitario de La Candelaria, que está mejor dotado y mucho mejor organizado que el HUC, al que han convertido en el hermano pobre de los grandes hospitales canarios. El futuro del HUC es incierto, a pesar de que fue el germen de una Facultad de Medicina que hoy en día es un auténtico desastre, sin que cincuenta años después se haya construido el edificio pendiente para sus alumnos, que reciben sus clases bajo un techo de empaquetado y, aún más grave, construido de asbestos, una sustancia cancerígena que se encuentra en las planchas de uralita de los años 70, sin que hayan sido sustituidas, cincuenta años después. Ni la Universidad de La Laguna (ULL) tiene perdón, ni los sucesivos consejeros de Sanidad desde hace 50 años, que no hicieron nada por cambiar la ubicación de la Facultad de Medicina, que por no tener no tiene ni catedráticos que impartan docencia. Creo que queda uno o dos. Lo decimos una y otra vez, lo estamos denunciando, pero existe un descomunal buenismo entre todos: entre los alumnos, entre los profesores, entre el equipo rectoral de la ULL, entre la autoridad de Sanidad. Un auténtico desastre. Y así pasan los días, los años y pasarán probablemente los siglos. ¿Para qué seguir?
Casi nada lo del ojo y lo llevaba en la mano…. y a buen entendedor, buenos sueldos para los gerentes…