En Canarias solemos llegar tarde a casi todo. A veces por prudencia, a veces por burocracia y otras —las más— por simple desconfianza. Por eso sorprende, y a la vez ilusiona, encontrarse con historias que rompen esa inercia. Historias que llegan antes de tiempo. Como la de Guacimara González Karimi.
Guacimara cursa 3º de la ESO. Tiene pocos años, muy pocos. Y aun así ya ha hecho algo que muchos adultos no se atreven ni a intentar: escribir un guion cinematográfico. El Intercambio, presentado recientemente en La Salle de La Laguna, no es solo un ejercicio escolar bien resuelto. Es una historia con estructura, con intención y con una mirada propia.
Y eso es lo verdaderamente relevante.
No hablamos de talento por cortesía ni de elogios condescendientes. Hablamos de capacidad creativa real, de una sensibilidad narrativa que no aparece por casualidad y que, si no se cuida, se pierde. Porque el talento joven no se estropea por falta de ideas, sino por falta de espacios donde crecer.
En un contexto donde la cultura suele mirarse desde la escasez, conviene también señalar lo que sí existe: jóvenes que escriben, que piensan y que cuentan historias desde Canarias. Lo difícil no es que aparezcan. Lo difícil es que alguien las escuche sin prejuicios.
Desde El Burgado creemos que dar visibilidad a estos perfiles no es un gesto amable, sino una obligación cultural. Apostar por quienes empiezan no garantiza resultados inmediatos, pero ignorarlos garantiza el vacío.
Por eso, en los próximos días, El Burgado publicará una entrevista con Guacimara González Karimi, donde podrá conocerse mejor su proceso creativo, sus referencias y su visión sobre contar historias siendo tan joven.
Porque a veces el futuro no avisa.
Otras, escribe un guion y espera a que alguien se siente a escucharlo
