No puede gobernar el mundo, ni siquiera los Estados Unidos, un señor gagá como Joe Biden, que ha cumplido 81 años y que tiene disminuidas sus capacidades mentales, evidentemente. ¿Lo último? Confundió a Zelenski, el presidente ucraniano, con Putin, y a Kamala Harris, su vicepresidenta, con Donald Trump, el candidato presidencial republicano.
En una conferencia pronunciada este viernes en el restaurante Los Limoneros por el asesor presidencial demócrata Juan Verde, el conferenciante dijo que durante la Convención Nacional Demócrata de agosto iban a proponer a Michelle Obama que asumiera la candidatura de Biden y, en su defecto, la de la vicepresidencia. Temen que Biden, incluso, muera durante su próximo mandato. Los americanos son muy realistas.
No está convencida la mujer de Obama de su idoneidad para asumir la candidatura para convertirse en la 47ª presidenta de los Estados Unidos. Michelle Obama fue considerada hace años una de las diez mejores abogadas del país. Está formada en Princeton y en Harvard. Una mujer muy inteligente a la que su marido le debe, probablemente, sus ocho años de presidencia norteamericana.
Las presiones son muchas. Los Estados Unidos no pasan por un buen momento, con graves problemas migratorios por su frontera sur y con una dependencia excesiva de China en cuanto a fabricación de productos de primera necesidad.
Por ejemplo, los antibióticos y los fertilizantes consumidos en USA, en un 75% y en un 20% respectivamente, son fabricados en China, como también apuntó Juan Verde. Entre otros productos, como el material quirúrgico, que también procede del país asiático.
Los Estados Unidos tienen la obligación estratégica de entrar ahora en una nueva política con Latinoamérica, que deberá ser dotada de un Plan Marshall por el interés norteamericano en detener la emigración y para lograr mano de obra más barata que la propia, que sustituya el papel que hoy desempeña China, pero con más cercanía y dirigida por los propios norteamericanos. Es, ya digo, un Plan Marshall de nuevo diseño que aleje a USA del gigante asiático, erigido en líder del mundo en este momento.
No obstante, la elección de Michelle Obama tiene sus peligros estéticos. Imita a personajes como los Perón, los Clinton, los dos Bush y otros más. ¿Se va a convertir la presidencia USA en una especie de monarquía marital/familiar hereditaria? No parece propio de un país con larga tradición democrática y dotado de una gran imaginación y de personas con valía, fuera de las familias presidenciales.
Pero el espectáculo que Joe Biden está dando, cayéndose por las escaleras del Air Force One a cada momento, despistándose de una foto de familia o confundiendo a líderes mundiales, no tiene sentido. Es preciso, a cinco meses de las elecciones del 5 de noviembre, dar un vuelco a la situación, aunque sea con Michelle Obama como mal menor. Mientras, Trump y los republicanos aprietan y, por el momento, parece que podrían ganar.