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lunes, 23 junio,2025

China responde con aranceles del 34% a productos estadounidenses

China anunció este viernes que impondrá aranceles adicionales del 34% a todos los productos importados de Estados Unidos a partir del próximo 10 de abril, en una medida de retaliación directa a los aranceles “recíprocos” impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump. La decisión, hecha pública por la Comisión de Aranceles del Consejo de Estado chino, marca una escalada significativa en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, generando temores de una recesión global y provocando una fuerte caída en los mercados financieros.

El anuncio se produce apenas dos días después de que Trump revelara, el pasado 2 de abril, una serie de aranceles globales que incluyen un gravamen del 34% a los productos chinos, sumándose a tarifas previas que elevan la carga total a un 54% en algunos casos. Trump justificó su medida como parte de su estrategia de “Día de la Liberación”, destinada a corregir desequilibrios comerciales y proteger la economía estadounidense, pero Pekín calificó estas acciones como “unilateralismo y bullying típico”, que viola las reglas del comercio internacional.

En un comunicado, el Ministerio de Finanzas de China afirmó que los nuevos aranceles del 34% son una respuesta proporcional y que buscan proteger los derechos e intereses legítimos del país. “Urgimos a Estados Unidos a que levante de inmediato sus medidas unilaterales y resuelva las diferencias comerciales mediante consultas igualitarias, respetuosas y mutuamente beneficiosas”, señaló el ministerio, dejando entrever que Beijing está abierta a negociaciones, pero no retrocederá sin una contrapartida.

Además de los aranceles, China anunció otras medidas de represalia, como controles más estrictos sobre las exportaciones de minerales de tierras raras esenciales para industrias como la electrónica y las baterías de vehículos eléctricos, afectando productos como el samario, terbio, disprosio, lutecio, escandio, gadolinio y itrio. También suspendió temporalmente las importaciones de ciertos productos agrícolas y avícolas estadounidenses, como sorgo, pollo y harina de huesos, de varias empresas norteamericanas, incluyendo Mountaire Farms y Coastal Processing.

Los mercados reaccionaron con pánico tras el anuncio. Las bolsas mundiales registraron caídas pronunciadas, con el S&P 500 en Estados Unidos perdiendo más del 4,5% desde el inicio de la jornada, mientras que las bolsas asiáticas, especialmente en Hong Kong y Shanghái, también sufrieron descensos significativos. Analistas advierten que esta escalada podría aumentar los costos para los consumidores en ambos lados del Pacífico, con productos como electrónicos, automóviles y ropa enfrentándose a precios más altos.

Trump, por su parte, reaccionó en su plataforma Truth Social, afirmando que “China se equivocó, entraron en pánico – ¡lo único que no pueden permitirse!”. El presidente estadounidense mantuvo su postura dura, insistiendo en que sus políticas no cambiarán y que las medidas están diseñadas para beneficiar a los trabajadores y empresas estadounidenses. Sin embargo, expertos sugieren que la retórica de Trump podría estar subestimando el impacto económico de una guerra comercial prolongada.

La Unión Europea y otros socios comerciales de EE. UU., como Canadá y México, también han expresado preocupación y están evaluando sus propias respuestas, aunque China se ha convertido en el principal frente de esta batalla arancelaria. La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, ha advertido que cualquier medida unilateral de EE. UU. será contestada con fuerza, mientras que Canadá y México, aunque exentos de algunos aranceles por acuerdos como el USMCA, han indicado que podrían tomar medidas si las tensiones se extienden.

Además de los aranceles, China presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que las políticas de Trump violan las normas internacionales y desestabilizan el orden económico global. Esta acción legal podría prolongar el conflicto, mientras ambas partes se preparan para una batalla que podría redefinir las reglas del comercio mundial.

El impacto inmediato también se ha sentido en empresas multinacionales. Nintendo, por ejemplo, anunció que pospondrá los pedidos anticipados de su nueva consola Switch 2 en EE. UU., originalmente programados para el 9 de abril, para evaluar el impacto de los aranceles. Otras compañías, como Nike y General Motors, han visto fluctuaciones en sus acciones, mientras intentan navegar por un entorno de incertidumbre económica.

Analistas y economistas advierten que, si la escalada continúa, el costo final recaerá tanto en empresas como en consumidores. “Al final, ambos lados pagarán un precio alto. Las cadenas de suministro globales están en riesgo, y el consumidor promedio podría ver aumentos en los precios de bienes esenciales”, explicó un economista de la Universidad de Pekín en declaraciones a medios locales.

Por ahora, la pelota está en el campo de Washington y Pekín. Mientras Trump insiste en que sus aranceles son una herramienta para renegociar acuerdos comerciales, China ha dejado claro que no tolerará lo que considera un ataque a su soberanía económica. El mundo observa con preocupación cómo esta batalla podría marcar un nuevo capítulo en las relaciones internacionales, con implicaciones que podrían extenderse más allá del comercio y afectar la estabilidad geopolítica global.

Redacción
Redacción
Equipo de Redacción de elburgado.com

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