A finales de 2024 comenzarán a operar algunos de los instrumentos del Observatorio Vera C. Rubin, ubicado en Cerro Pachón, Chile. Esta instalación astronómica contará con un telescopio de 8,4 metros y una cámara gigante de 3.200 megapíxeles, la más grande del mundo fabricada para astronomía óptica.
El objetivo del Observatorio Rubin es realizar un estudio del cielo de diez años denominado Legacy Survey of Space and Time, que generará un conjunto de imágenes y productos de datos de 200 petabytes. Esto permitirá comprender mejor la evolución del universo y descubrir nuevos fenómenos transitorios, así como asteroides cercanos a la Tierra.
También en Chile se espera que se complete la construcción del Observatorio Simons, ubicado en el desierto de Atacama. Esta instalación buscará firmas de ondas gravitacionales primordiales (el resplandor del Big Bang) en el fondo cósmico. Sus telescopios estarán equipados con hasta 50.000 detectores de luz, diez veces más que los proyectos similares actualmente en funcionamiento.
En 2025, Chile concentrará el 70% de la capacidad astronómica instalada en el mundo. Con hasta 320 noches despejadas al año en el norte del país, donde se encuentran los grandes telescopios y radiotelescopios científicos, el país andino busca posicionarse como un destino de calidad internacional para el turismo astronómico.
Para lograr este objetivo, una decena de instituciones públicas, privadas y académicas relacionadas con la astronomía y el turismo se han unido en el proyecto Astroturismo Chile, lanzado a principios de año. Un plan estratégico a 10 años que nace tras identificar la existencia de numerosas iniciativas de astroturismo y aprovechar el potencial internacional de este sector.
