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martes, septiembre 17, 2024

Carvajal es mi ídolo

El curioso –por no utilizar términos que puedan herir sensibilidades—Tribunal Constitucional español ordena a la Audiencia de Sevilla repetir el juicio contra Chaves y Griñán, por la gracia de Conde-Pumpido y sus adláteres, fieles escuderos de Pedro Sánchez. Otra decisión exprés. Ahora la Audiencia, si acaso, condenará a la baja o absolverá. Qué dirá la jueza Alaya, una valiente magistrada a la que le costó la salud la instrucción del juicio de los ERE, Qué dirán los magistrados de la Audiencia de Sevilla y del Tribunal Supremo. Magistrados maravillosos los del TC que en un tiempo récord para lo que acostumbran despachan sentencias a favor de los sociatas, que da gusto verlas. Cuando se escriba la historia del Constitucionalismo español habrá que subrayar con tinta amarilla las decisiones de la mayoría llamada “progresista” de este tribunal de garantías, convertido, por arte de birlibirloque, en tribunal de casación. Se estudiará en las universidades para escarnio del sistema judicial español. El TC dice que el Tribunal Supremo vulneró la legalidad penal y el derecho a la presunción de inocencia de los condenados. Nada menos. O se pone en solfa al Supremo o se dictan leyes de amnistía, todo vale con tal de que no entren en prisión, o que salgan de ella, los correligionarios. ¿No se está pareciendo esto demasiado a Nicaragua o a Venezuela? ¿No estaremos haciendo el ridículo en Europa? ¿Se aplican las mismas teorías a los políticos de derechas encarcelados por chorizos? Seis años de prisión quedan en suspenso para Griñán y nueve años de inhabilitación para Chaves. Y que viva la Pepa. Esto empieza a parecerse a un Estado judicial fallido y se ha originado una guerra sin cuartel entre el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, que ha dejado de ser un tribunal de garantías, como he dicho aquí y he repetido hasta la exageración. Los escrúpulos de Conde-Pumpido y de sus fieles caben en un tubo de penicilina. Los cuatro magistrados llamados “conservadores” votaron en contra y la guerra en el TC, la interna y la externa, es la vergüenza de la justicia española. Y lo peor es que no se sabe cómo va a acabar esto. Y todavía se asombran de que Carvajal, que es una persona decente, le vire la cara a Sánchez, durante la visita protocolaria a La Moncloa, que fue la noticia de ayer. No sólo Carvajal sino toda la Selección Española. Sánchez, a la vista del desprecio, lo que hizo fue, ante las cámaras de TVE, ponerse a firmar autógrafos a los hijos de los empleados de La Moncloa, adiestrados para pedirle su firma a gritos. Qué vergüenza y qué desvergüenza de presidente y de país, Dios mío. En las redes, los sociatas quieren que el Madrid expulse a Carvajal. Y una mierda, Carvajal es mi ídolo. Carvajal es un tipo con un par de huevos bien puestos y Sánchez es un muñeco de trapo, que está ahí por lo que está, porque dicta leyes de amnistía para comprar voluntades y mantenerse en el poder. ¿A ver quién vale más?

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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