Una flotilla de buques de guerra chinos, liderada por el destructor Type 055 Zunyi, ha sido detectada a menos de 200 millas náuticas (aproximadamente 370 kilómetros) de Sídney, en lo que se considera una de las maniobras navales más significativas de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLA) cerca de las costas australianas. La presencia, reportada inicialmente por la Fuerza de Defensa Australiana (ADF) el 10 de febrero, forma parte de una circunnavegación sin precedentes de Australia que ha durado más de tres semanas y que incluyó ejercicios con fuego real en el mar de Tasmania, a unas 400 millas de la costa este.
El grupo naval, compuesto por el Zunyi, la fragata Type 054A Hengyang y el buque de reabastecimiento Type 903 Weishanhu, comenzó su recorrido en el mar de Arafura, al norte de Australia, y ha transitado por el este y sur del país, pasando dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) australiana de 200 millas náuticas, aunque fuera de las aguas territoriales de 12 millas. El 21 de febrero, un piloto de Virgin Australia alertó sobre los ejercicios con fuego real en el mar de Tasmania, obligando a 49 vuelos comerciales a desviarse en un corredor aéreo concurrido entre Australia y Nueva Zelanda, según informó Reuters. Desde entonces, los buques han continuado hacia el oeste, siendo rastreados el jueves a 630 millas náuticas (1.166 kilómetros) al noroeste de Perth.
El ministro de Defensa australiano, Richard Marles, confirmó que la ADF ha monitoreado la flotilla con buques como el HMAS Stuart y aviones de vigilancia, asegurando que las acciones chinas se han realizado en aguas internacionales y cumplen con el derecho internacional. Sin embargo, la proximidad a Sídney —a tan solo 150 millas náuticas en su punto más cercano— y la falta de notificación previa sobre los ejercicios han desatado inquietud. El embajador chino en Australia, Xiao Qian, defendió la operación como “normal” para una potencia regional, afirmando a ABC News que no había “amenaza alguna” y sugiriendo que estas incursiones podrían repetirse.
Analistas ven en esta maniobra una demostración de fuerza de China, que cuenta con la armada más grande del mundo por número de buques (más de 370), según el Pentágono. La operación coincide con la llegada del submarino nuclear estadounidense USS Minnesota a la base HMAS Stirling en Perth el 25 de febrero, lo que algunos interpretan como un mensaje dirigido a la alianza AUKUS entre Australia, EE.UU. y el Reino Unido. El premier de Australia Occidental, Roger Cook, ha pedido un mayor despliegue naval en la región, destacando la vulnerabilidad de industrias estratégicas.
Mientras China insiste en su derecho a navegar y realizar ejercicios en alta mar, la inesperada cercanía a Sídney ha reavivado debates sobre la capacidad defensiva de Australia y su preparación frente al creciente alcance naval chino en el Indo-Pacífico. Por ahora, la flotilla parece dirigirse al estrecho de Sunda para regresar al mar del Sur de China, pero su impacto político y estratégico sigue resonando en Canberra y más allá.