Parece que, tras más de un mes de ausencia, Sánchez se decide a ir al Congreso, a dar explicaciones sobre las consecuencias y las actuaciones del Gobierno tras la DANA de Valencia. Eso, si no le surge otro viaje o si Begoña no le da un nuevo disgusto. El farsante de La Moncloa, que hizo creer a todos que reflexionaba sobre su retirada después de que Begoña le dio el primer susto, tendrá que responder a la oposición que le va a preguntar por los fallos clamorosos y las contradicciones generadas tras las inundaciones de Valencia, que han producido más de 220 muertos. A Sánchez parece que todo le da igual, irá al Congreso, contará cuatro mentiras de las suyas y desplegará su sociopatía por los escaños de la cámara. Sánchez no tiene vergüenza ni pudores y es capaz de escapar de los charcos que pisa con la caradura como bandera. O sea, que no se espera ninguna sorpresa en su comparecencia, además de lo que pueda aportar la oposición. Pero no le van a poner la cara colorada. Y si le salen canas en el pelo, de los disgustos, no hay problemas: Sánchez se las tiñe. Para eso tiene un peluquero que creo que vive en Extremadura, contratado por La Moncloa a precio de oro. Sánchez no tiene ni siquiera el pudor de vivir como un ciudadano normal, sino que imita a los millonarios, pero a costa de los españoles. Tiene a los aviones del Ejército del Aire como propios y se pasa más en el aire que en la tierra. Y así le va. Pero a sus amigos frankestein no les interesa propiciar que se vaya porque con los otros vivirían mucho peor. Así que parece que el presidente tiene cuerda hasta el final de la legislatura. Sánchez lo ha colonizado todo, incluso a su propio partido, y cuando mete la pata, que es todos los días, tiene una muletilla que le trae suerte: “Es obra de la extrema derecha”. Y así sigue tirando hasta que un mal paso político no le haga flaquear del todo. Si le gana al PP la batalla de Teresa Ribera en Europa, con la colaboración de su amor platónico Von der Leyen, entonces ya tendrá un par de meses de sensación de victoria. Porque Sánchez es un hombre que lo aprovecha todo y que posee una innata habilidad para convertir las derrotas en victorias. En fin, ahora está en América, con Lula. Falta el yugo para que se pongan a arar. Bienvenido al Congreso, hombre, no sé si tu chófer sabrá llegar o se le habrá olvidado la ruta. O quizá llegues en helicóptero. Total, qué importa una raya más para un tigre.
martes, 29 abril,2025