El verdadero estado de un país lo demuestra el funcionamiento de sus aeropuertos, estaciones de trenes y la circulación fluida de sus servicios públicos. La demostración de que este país se está rompiendo a cachos la tienen en el aeropuerto de Barajas, terminal T-4, un aeropuerto que lleva el nombre de una gloria nacional que fue Adolfo Suárez. Por el estado calamitoso de la T-4, llena de chinches, de piojos, de pulgas y de mendigos merecería llamarse terminal Pedro Sánchez, dada la degradación del personaje y el odio que se le tiene en la calle. Los socialistas fueron los culpables principales de la guerra civil, por sus alianzas atrevidas, y ahora lo son de la liquidación de España, un país que va descendiendo a los infiernos en Europa. No sólo se ha creado una Agencia Tributaria que es la sorpresa mundial por su avidez y por la persecución implacable a los ciudadanos (no es ajeno de ello el PP), sino que la deuda pública ha llegado a la estratosfera y nuestra credibilidad como país ha sido dinamitada por completo. El despacho americano Amsterdam and Partners ha tenido que presentarse en España con un manojo de pruebas para demostrar que Hacienda nos roba, nos persigue y hace imposible una vida sin la presencia permanente de una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Lo que está ocurriendo en Barajas no es de país del primer mundo: quinientos mendigos orinan y defecan diariamente en el suelo, se desnudan en los lavabos, han llevado a la terminal una epidemia de chinches, han tenido que fumigar los puestos de facturación, algunos de ellos tienen en vigor órdenes de busca y captura, varios han llevado a sus perros a vivir con ellos y no limpien los restos de comida y demás. Un aeropuerto no es un refugio y si Aena, que controla el Gobierno, no dispone de personas capaces de mantener un aeropuerto en condiciones, que es la puerta de España, sus responsables tenían que haber sido cesados y sustituidos por otros más capaces. Lo del Ministerio de Transportes en España, a cuya cabeza está un incapaz que le ha prestado excelentes servicios a Sánchez, clama al cielo: los trenes se paran, roban el cobre de sus catenarias y sus vías y disfrazan el robo común de sabotaje político, Barajas parece un goro de cochinos. ¿Qué pretende Óscar Puente, que los españoles vivamos como vivían los gorilas en la niebla? Yo estoy harto, de verdad, están convirtiendo a España en un infierno y un día llegará en que esto se les ha ido tanto de las manos que ya no tendrá arreglo. Porque aquí ya vale todo: hasta que la mujer del presidente del Gobierno sea una presunta delincuente, su hermano también y él quién sabe, como responsable de todo el desaguisado de sus amiguitos y familiares. ¡Dios, que acabe esto pronto!
sábado, 17 mayo,2025