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Cajasiete
lunes, 23 junio,2025

Ay, mi madre

Si es verdad lo que dice Aldama, la corrupción trepa como una enorme serpiente por entre los robustos troncos del poder y señala a ministros y altos cargos, que participaron presuntamente del festín. Si el abogado de Aldama, que fue magistrado de la Audiencia Nacional, el señor Choclán, se atreve a entregar en el Tribunal Supremo acusaciones tan graves en un escrito de 37 folios, estaremos ante el mayor caso de corrupción cometido por un Gobierno y su entorno en la Europa contemporánea y, desde luego, ante un desprestigio para España que puede pasar a la historia negra de este país. ¿Qué está pasando? Y Sánchez sigue ahí, tan campante, con veinte años más sobre sus atribuladas espaldas, una mujer imputada, un hermano imputado, un ex ministro imputado (me da igual que ahora se llamen investigados) y un amigo –Aldama—cantando por soleares. Y Sánchez sigue ahí, repito, resiste más que Nixon, que lo que hizo fue espiar al partido rival. Porque Aldama dice que alquiló un piso en Atocha para el ex presidente canario, Ángel Víctor Torres,  destinado a “contactos íntimos” —otros medios sostienen que “diversos”—, a cambio de favores; y salpica a Teresa Ribera, recién aterrizada en Europa –no le ha dado tiempo a deshacer las maletas— como comisaria de Von der Leyen; también a un tal Serrano, ex jefe del Gabinete de Sánchez y ex director de Correos; al marido de Iceta, actual delegado permanente en la Unesco y gran bailarín, que fuera líder de los sociatas catalanes y ministro de Cultura; al otrora todopoderoso asesor Iván Redondo y a vete tú a saber a quiénes más. ¿Pero todos estos son corruptos? Dios mío, pero si hasta el piadoso Ángel Víctor, que parece que no rompe un plato, está en la trama, siempre según Aldama. ¿Qué está pasando aquí? Yo no creo que el abogado de Aldama le deje mentir en 37 folios seguidos. Porque aquí en España el que más miente siempre es Pedro Sánchez y este ahora no abre la boca, está escondido, supongo que cagado vivo. Lo cierto es que hay dinamita pa los pollos y que el régimen, el sanchismo, se desmorona como un castillo de naipes, ya se vio en el congreso de Sevilla, aunque RTVE no se entere de nada y El País de poco. Fíjense que hasta han frenado la televisión que le iban a dar a Prisa porque existen fricciones ideológicas tanto en la Redacción del periódico como en el Consejo de Administración. ¡Pero si ya no se vende este diario! Parece que también le compró Aldama un piso al jefe del Gabinete de Mazú Montero, la ministra del ramo, del ramo de sacarnos las perras, o le ayudó con pasta, además del piso de Ábalos de 1,9 millones de euros. Todo esto lo publica la prensa, que yo soy un loro que repite. Y yo viviendo en un apartamento, coño. Y pagando impuestos como un gilipollas. Como decía Carlos Andrés Pérez, a quien en Venezuela llamaban El Gocho, “yo no quiero que me den, sino que me pongan donde hay”. Y Pedro Sánchez, como el jinete polaco, como Miguel Strogoff, cabalgando, cabalgando sin parar, como un jinete del Ponny Express. Y su mujer, de rojo, paseando por la pasarela Sevilla como Greta Garbo. Y los socios brindando con champán: cuanto más corrupción haya más le sacan a Sánchez estos cretinos. Van a dejar a España hecha un solar.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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