Algo asqueroso

Que el sátrapa de La Moncloa se avenga a reunirse con el prófugo de la justicia, Puigdemont –tiene que ser fuera de España y no creo que sea en Francia porque Puigdemont le tiene miedo a Francia, por si lo detienen— me parece algo asqueroso, impropio de un mandatario, incluso de uno que, como el felón de Sánchez, que lo cambia todo por la cama de La Moncloa y los palacetes del Patrimonio Nacional. El yerno de Sabiniano el de las saunas gay, que descanse en paz, va a entrevistarse con Puigdemont, un delincuente condenado por el Tribunal Supremo, humillándose, a cambio de que Junts le apruebe los presupuestos, que son su salvoconducto para terminar los dos años que le quedan a la legislatura. Luego ya se verá, porque Puigdemont no se va a quedar ahí. Con lo que no ha podido Sánchez es con el imperio de la ley. Colonizó al investigado fiscal general y a sus lacayos, pero no a la judicatura, ni al Consejo General del Poder Judicial, ni por supuesto al Tribunal Supremo. Caerá, porque hay indicios de que Sánchez, por un lado o por el otro, o por el de su mujer o por el de su hermano, por el de Koldo o por el de Aldama, por el de Ábalos o por el de Delcy, puede caer, pero la justicia y la política tienen sus plazos inexorables y más –en el primer caso— en un sistema judicial tan garantista como es el español. Lo que pasa es que Sánchez tiene a su disposición el neumático salvavidas del Tribunal Constitucional, presidido por su amigo Conde Pumpido, un buen jurista entregado al sanchismo no sé bien a cambio de qué. Y si lo sé, me lo callo porque no tengo pruebas. En fin, que esto es lo que nos trae el final de año, la famosa entrevista y la noticia de que la jueza quiere saber si el palacete de Elvas (Portugal) que compró el Sanchito chico lo adquirió con el dinero de las subvenciones que el régimen le concedió a las fábricas de su papito. Todo se sabe en este país. Todo se sabe mientras exista la Meretérita. Y esta sí que no tienen visos de que vaya a desaparecer. A pesar de que varias veces lo han intentado ya.