Visité Alcatraz hace años, en compañía de mi amigo Pepe Oneto, paz descanse. Se dice que, por las noches –que es cuando se escucha todo—, pueden oírse los lamentos de los presos encerrados en sus galerías y el choque de sus tazas metálicas contra los barrotes de las celdas. Allí estuvo encerrado Al Capone, cogido en un renuncio no por matar a alguno de los tropecientos que mató o mandó matar, sino por un asunto de impuestos. Alcatraz está situada sobre un peñasco en el centro de la bahía de San Francisco, llena de tiburones más o menos hambrientos. Pero aun así, tres presos, dos de ellos hermanos, pudieron escaparse y dicen que están vivos, aunque, de estarlo, tendrían más de 90 años. La fuga aquella que inmortalizó la película de Clint Eastwood, ocurrió en el año 1962, un año antes de que el Departamento de Justicia mandara clausurar la prisión de Alcatraz, que ahora Trump quiere abrir. Van a restaurarla, pero está en bastantes buenas condiciones y es visitada regularmente por miles de turistas que reciben toda la información de cuando la prisión estaba en funcionamiento. Trump quiere imitar a la macro cárcel de Bukele, donde encierran a los miembros de las maras salvadoreñas, convirtiéndola en una prisión de máxima seguridad, sobre todo para los inmigrantes ilegales que delincan en los Estados Unidos. El otro día me encontré a un matrimonio salvadoreño almorzando en Los Limoneros y me contaron que ahora El Salvador es un paraíso, que uno puede pasear de noche por las calles de las ciudades y que no quedan delincuentes en todo el país. Si esta es la única forma de que la gente viva tranquila, estoy con el presidente Bukele, que los tiene bien puestos. Ha mandado a los delincuentes a un lugar seguro, aunque espero que –en lo posible— se respeten los derechos que ellos no respetaron. Gente como Bukele tiene que llegar cuando la situación de los países es tan desesperada como era la de El Salvador, en donde los verdaderos dueños del territorio eran los miembros de las maras, que por cierto en España comienzan a llegar porque el otro día hubo una redada con más de una decena de tatuados detenidos. Supongo que los mandarán a El Salvador y que ingresarán directamente en el talego, una vez sean juzgados y condenados. Aunque a lo mejor por aquí somos tan garantistas que los ponemos en la calle y después vete a atraparlos. En fin, que Trump quiere abrir Alcatraz. La obra la tiene hecha, la obra civil, ahora lo que debe acometer es la instalación de los sistemas electrónicos y tapar los agujeros que trataron de cavar los 17 presos que intentaron huir, la mayoría de manera infructuosa. Todos fueron detectados por los guardias, menos los tres citados. La leyenda dice que al menos dos fugados, los hermanos Anglin, siguen vivos, pero vete tú a saber.
sábado, 19 julio,2025