Ayer estuvo por aquí Albert Rivera para participar en el foro “Diálogos para el liderazgo”. Es una cita habitual de los empresarios, de los veteranos y de los jóvenes. Rivera dejó la política, pero tiene en su mochila la fundación y el éxito –y la muerte— de Ciudadanos, que despareció a la misma velocidad que Podemos, UPyD y otros. Ciudadanos fue una esperanza, al estilo de la UCD pero con menos suerte y también con mucho menos trabajo. España son dos partidos, el resto molesta. Miren a Bildu, que ahora es el partido regulador de las actuaciones policiales, porque Pedro Sánchez se olvidó de que Bildu es el heredero de la ETA. Qué bonito, Pedro, le das el control a quienes tienen un pasado tenebroso, con tal de que te ayuden a que tus manos se aferren a las asideras del poder. Pasarás a la historia, Pedro Sánchez, como el cáncer de la democracia, como el perturbador del orden constitucional, como el individuo que rompió España. Pasarás a la historia como un político/basura que hizo lo que hizo para agarrarse a las puertas de La Moncloa. Estás imitando al chavismo, Sánchez, y eres consciente de ello.
En fin, estaba hablando de Albert Rivera, que ayer estuvo aquí. Vino y se fue. No sé dónde andará ahora porque del despacho de abogados donde estaba trabajando o le echaron o se fue.
Grabación para El Burgado.com en la Plaza de la Iglesia portuense con un joven empresario de 44 años, Abraham Guzmán, que fabrica muebles de madera para empresas, para grandes almacenes, tiendas, supermercados, etcétera. Se arruinó dos veces, se levantó otras dos, tiene más de 40 empleados, factura más de cuatro millones de euros al año. Es el CEO de esas empresas que surgen como cohetes, alimentadas por el entusiasmo de personas jóvenes que han sabido aprovechar su oportunidad. Le pregunto cuál es el secreto del éxito y me dice que insistir, levantarte cuando te caes y trabajar mucho. Tres buenas condiciones para un empresario, que no tiene metas cortas fijadas, sino que son infinitas. Comida con Julio Fajardo y José Luis Fajardo, que acaba de ilustrar y de presentar un libro sobre La Laguna. El texto de Juan Cruz es malo de solemnidad, pero los dibujos de José Luis son espléndidos, retratan La Laguna con un estilo inconfundible y con mucha intención. El libro está muy bien editado por Tintablanca, encuadernado en tela. Lo compré en Agapea por los dibujos de José Luis, que conoció en Madrid, en la época buena, a la misma gente que yo. Julio está en forma y, además, escribiendo mejor que nunca; en el Diario de Avisos. Muy buen rato pasé con los dos, porque son dos filósofos de la vida, dos pozos de sabiduría y dos personas con gran sentido del humor, algo raro en esta época de mierda que nos ha tocado vivir a los tres.
