Mira, Sánchez, mándate a mudar, vete a regenerar a tu familia y a tu partido, descompuesto, a otra parte, y deja a los españoles en paz. Ni siquiera has sido elegido por mayoría sino que estás ahí con el apoyo de los independentistas, de los herederos de los asesinos de ETA y de otros mercenarios y te ves tan contento. Y ahora quieres “regenerar” a los medios de comunicación. Coge el Falcon y márchate a hacerte un selfie a Ruanda-Burundi y deja en paz a los españoles. Y si quieres invitar al Tribunal Constitucional, llévatelo también. O regenéralo, sobre todo a tu escudero Conde-Pumpido, que está a tus órdenes incondicionales, como no podía ser menos, con su panda de juristas mediocres. Esta España está destruida, sus instituciones han sido ocupadas y colonizadas por un partido que no tiene otro final que la desaparición y por un presidente errático que legisla lo que les conviene a él, a sus correligionarios y lo que les va a convenir a su mujer y quién sabe si a su hermanito menor. Es una pena que España se encuentre al mismo nivel democrático que Nicaragua y Venezuela y que el ejemplo que para el mundo fue la bendita Transición, este tipo haya destruido su espíritu y esté instalado en La Moncloa sin que los españoles hayamos tenido la capacidad de reaccionar en las urnas, porque no se concibe otro tipo de reacción en una democracia de la que todavía estamos orgullosos. Y lo peor es que no le da vergüenza, no tiene factores inhibitorios del ridículo, ni tampoco se da cuenta de lo que están pensando de él dentro y fuera de España. Zapatero y Sánchez han sido dos desgracias consecutivas para nuestro país y este último insensato se atreve a ir al Congreso con un extraño esquema, una agenda, que sirvan de base a una futura ley de regeneración democrática, repartiendo carnets de prensa buena y prensa mala y aspirando a aprobar normas y más normas, seguramente para otorgar inmunidad –¿o impunidad?– a él, a su mujer, a su hermano y a los suyos. Eso sí, con el talonario en la mano. ¿Pero qué es esto, la Cuba de los Castro? La situación de España, cogida con alfileres en el concierto de la opinión mundial, se deteriora peligrosamente. Lo que ocurrió con Sánchez y la Selección Española, cuyos jugadores no le permitieron bajar al vestuario en los partidos de la Eurocopa, además de la actitud insólita mantenida por varios futbolistas –no solo por Carvajal— en La Moncloa durante la visita protocolaria, son síntomas del hartazgo que tenemos ante la actuación de este individuo, toda una desgracia para la política española. Pero como tiene una cara que se la pisa, la única forma de que se vaya no va a ser la crítica casi unánime y diaria en los medios de comunicación sobre sus actuaciones. Tienen que ser las urnas quienes les den la patada en el culo, a él y a su panda, y los saquen de La Moncloa, del Falcon y de las lujosas casas del Patrimonio Nacional. Por si fuera poco, están los negocios de su mujer y los enchufes de su hermanito Azagra. ¿Tendremos más adelante otras sorpresas? O quizá no importe, porque para resolverlas está el Tribunal Constitucional y la capacidad legislativa espuria de los que quieren impunidad. El que se ha de regenerar es el propio Sánchez, pero me temo que sería como volver a modelar un rostro de cemento armado. Feijóo le pide que se vaya, pero bueno está también el PP, que no fue capaz de convencer a los españoles para que, de forma masiva, echaran a Sánchez y a sus gallos y gallinas del Corral de la Comedia que es ahora La Moncloa. Se trata de una comedia muy peligrosa para nuestro país, porque además los actores secundarios somos nosotros, los que pagamos con nuestros impuestos a Sánchez y a su cuadrilla, actuales arrendatarios del gran teatro de España.
martes, septiembre 10, 2024
Al que tienen que regenerar es a Sánchez
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