Aunque parezca lo contrario, esto no es un artículo de opinión gastronómica. Si bien es verdad que más adelante se intercala un consejo práctico respecto a los huevos duros. Tampoco, me he inspirado en las recetas del archiconocido Karlos Arguiñano, ni en sus geniales chistes.
Pues bien, ¿conocerás a algún “Agua Hervida”? En la siguiente crónica, intento detenerme en la idiosincrasia de la que hacen gala algunas personas en el siglo XXI. Con probabilidad, te habrás tropezado con alguien que vive plácidamente todos los días del año y que sólo se inquieta bajo determinadas circunstancias.
Todos sabemos que si inyectamos calor a un líquido podría llegar un momento en el que comencemos a observar burbujas. Pero para eso es necesario llegar al punto de ebullición. Quién no ha dejado hervir el agua como medio para obtener unos huevos duros. Aunque una cosa son los huevos duros y otra los huevos pasados. Por cierto, se recomienda no sobrepasar los diez minutos en ebullición para obtener unos huevos saludables.
Al hilo de lo anterior, vemos como el aumento de temperatura está presente en nuestras vidas: desde un nivel cotidiano o individual hasta uno más bien global. Hoy en día, se suele ignorar un estereotipo que une a varias personas. En la sociedad contemporánea, cuando aparecen los problemas, coetáneamente irrumpe un cambio de temperatura donde reinan el bochorno, el sofoco y, sobre todo, el desasosiego. Ciertamente, lo de detectar este cambio en el estado emocional de las personas tiene connotaciones subjetivas. Pero la obligación de un cronista atento es relatarla de la forma más cuidadosa.
Se podría decir que existe una asociación secreta llamada “Aguas Hervidas Unidas del Mundo”. Es tan silenciosa esta corporación que ni sus integrantes saben que existe. Sus miembros sólo reaccionan cuando un rayo está a punto de alcanzarles. Justo en ese exacto instante es cuando acopian todos sus esfuerzos físicos e intelectuales para resolver una dificultad. Suelen actuar en comandita. En alguna ocasión, también pueden nombrar a un tercero que, en funciones de administrador, asume el papel de salvador de la patria a cambio de un voto cada cierto tiempo. Por supuesto, el desempeño del cargo de administrador en “Aguas Hervidas Unidas del Mundo” no es gratuito. El administrador para hacer su labor recurre especialmente a la burocracia pura y dura.
Para solventar los rollos macabeos, en la agrupación “Aguas Hervidas Unidas del Mundo” también se invocan arengas que vienen a retroalimentar y mantener el pico alto de la temperatura. Algunos lo llaman cabreo y otra indignación. Desde determinados ámbitos, aparentemente enfrentados, se propugna que esos son los únicos estados mentales posibles.
Tal vez la naturaleza humana se identifique más con una cigarra que con una hormiga. ¿Recuerdan aquella clásica fábula? La hormiga no paraba de trabajar durante el verano acopiando alimentos de cara al invierno que se avecinaba. Ciertamente, hasta no hace mucho vivíamos en una sociedad agraria donde la impronta de cada una de las estaciones era importante y determinante.
Pero ahora, en pleno siglo XXI, la atmósfera de las relaciones sociales se ha enrarecido. Se ha sustituido el sentido de la previsión y de la intuición por un termómetro y un teléfono móvil que siempre están a punto de estallar. Sólo cuando se registra una determinada temperatura, el tablero de ajedrez se mueve. Un panorama de personas enfurecidas o irritadas no es muy alentador.
Los integrantes de “Aguas Hervidas Unidas del Mundo” practican al mismo tiempo el estoicismo y el paroxismo que son las dos caras de una misma moneda. Será por eso por lo que, cada vez menos, puedes encontrar a dos personas hablando de forma presencial.
Algunos sostienen que la esperanza es verde y que por este motivo una vaca se la puede comer en cualquier momento. No obstante, no es necesario hervir el agua ni invocar a un superhéroe para atajar un escollo como ese. Hace poco acaban de echar el cierre en el Corte Inglés de Portal de l´Àngel en Barcelona. Se encontraba ubicado en un lugar emblemático. El edificio que albergaba el centro comercial data de principios del siglo pasado. Pero todavía en la fachada del edificio reza una leyenda que dice en latín “Labor omnia vincit.” En castellano, esa expresión significa el trabajo todo lo vence. Este es un buen punto de partida para anticiparse a los problemas: esperar lo mejor y prever lo peor, a través del trabajo.
Si , Jaime es cierto.
Nos pillaste Jaime soy miembro de “las aguas hervidas del mundo”, te ruego que no hables más de nosotros/as y hablemos más en persona