Celebró Adeje sus tres décadas como sede universitaria de verano, con la presencia de su incombustible alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, y premios para la rectora que impulsó la Universidad de Verano, Marisa Tejedor; para el profesor que más clases impartió, el catedrático Antonio Alarcó; y para la concejala de entonces que se ocupó de la creación de la Universidad, Carmen Nieves Rodríguez Fraga; y para el también profesor Ángel Soleto, por su número de intervenciones en las tareas docentes. También para un alumno de 80 años, el más longevo de los cursos, Miguel Castillo. Un acto bonito, en el precioso auditorio de Adeje, que es un pueblo ejemplar, con unas instalaciones públicas impresionantes y con un alcalde y una corporación implicados, llenos de éxitos políticos y sociales en beneficio de un pueblo con una renta per cápita envidiable y con una labor en el sector turístico que es un ejemplo para España.
La escultura que fue entregada a los premiados, preciosa, fue realizada por la Asociación San Juan, utilizando para ello madera y barro. Un recuerdo muy bonito para los pioneros de esta universidad de verano, que sigue desarrollando su labor a pleno rendimiento, en colaboración con la Universidad de La Laguna. Estaba el rector, Francisco García Rodríguez, ya mejor vestidito, con traje oscuro y sin calcetines blancos, menos mal. Y también asistieron profesores de La Laguna, como la catedrática Carmen Rubio, de la Facultad de Farmacia, que acaba de regresar de unas cortas y merecidas vacaciones en los Estados Unidos. Carmen no para, porque nada más regresar creo que le tocó tribunal de tesis en Las Palmas. Tiene el don de la ubicuidad. El acto de Adeje resultó muy emotivo y también las palabras de la ex rectora, Marisa Tejedor, que acudió en compañía de su marido, también ex rector, José Carlos Alberto. Salieron pitando, porque tenían una cena, no se quedaron al tapiño.
Bueno, otra cosa. La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, no fue muy cariñosa con el ex presidente Román Rodríguez, el otro día, en Gente Radio, que tiene un programa mañanero muy bueno conducido por Diego Calvo. Ya dije que me gustaron mucho las instalaciones de la emisora, situada en el Puerto de la Cruz, frente a la entrada de La Dehesa, en una calle por la que yo no había pasado nunca. Me tocó ir el otro día, y en mala hora, porque, al estilo Biden, confundí a Irán con Irak y a Rajoy con Feijóo. Ya no estoy para actos mañaneros, porque acostumbrado a levantarme a las 12 del mediodía, si me hacen ir a un sitio a las ocho y media no doy pie con bola. Ruego a los oyentes que me disculpen. Llamé para que retiraran la entrevista de la red y me hicieron caso. No quiero ser un gagá antes de que me toque de verdad, que me tocará, claro. Pues me dijeron que Dávila había puesto a Román de chupa de dómine, pero no sé por qué. En fin, disculpen, pero me voy a ver al Fantasma de la Ópera en el Sena, por televisión: la inauguración de las Olimpiadas pasadas por el agua –sucia— del río francés.