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Turquía vivió este domingo por la noche un momento de gran tensión cuando un potente terremoto de magnitud 6,1 golpeó la provincia de Balıkesir, en el noroeste del país, con epicentro en el distrito de Sındırgı. El temblor se registró a las 19:53 hora local, con una profundidad estimada de unos 10–11 kilómetros, y fue seguido de varias réplicas, incluida una de magnitud 4,6, según informó la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del país.
Las ondas del seísmo se sintieron con fuerza en Estambul, Izmir y otras ciudades del oeste. En Sındırgı, el impacto fue devastador: alrededor de una docena de edificios se derrumbaron parcialmente, varias viviendas se vinieron abajo en la cercana localidad de Gölcük y hasta un minarete cayó derribado.
Las labores de rescate permitieron salvar al menos a cinco personas, entre ellas una mujer mayor, atrapadas bajo los escombros. Además, cuatro personas fueron atendidas en hospitales, aunque ninguna se encuentra en estado crítico, según confirmaron responsables sanitarios.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, informó que equipos de emergencia de AFAD se movilizaron inmediatamente para evaluar daños en Estambul y zonas colindantes, sin hallar por el momento consecuencias adicionales graves. El presidente Recep Tayyip Erdogan expresó sus condolencias y pidió protección divina ante cualquier desastre.
Turquía, ubicada sobre varias fallas tectónicas activas como la Falla del Norte de Anatolia, es particularmente vulnerable a estos fenómenos. Este sismo suma preocupación pocos años después del catastrófico terremoto de magnitud 7,8 de febrero de 2023, que causó decenas de miles de víctimas.