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El Gobierno australiano ha decidido incluir a YouTube dentro de su innovadora legislación que prohíbe que menores de 16 años tengan cuentas activas en redes sociales, argumentando que provoca un impacto negativo en su bienestar psicológico y emocional. La medida, que afecta también a plataformas como Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat y X, entrará en vigor el 10 de diciembre de 2025.
La eSafety Commissioner, Julie Inman Grant, presentó datos alarmantes: en una encuesta realizada entre niños de 10 a 15 años, el 37 % expresó haber encontrado contenido nocivo en YouTube, siendo la cifra más alta entre plataformas analizadas, incluyendo material misógino, violento o contenido que fomenta trastornos de conducta alimentaria. Inicialmente, YouTube había sido excluida de la ley por su valor educativo según el Gobierno, pero tras la evaluación del regulador se revirtió la decisión.
Bajo el nuevo marco legal —la Online Safety Amendment (Social Media Minimum Age) Act 2024— las empresas deberán impedir que menores se registren con cuenta propia, eliminar las cuentas existentes de menores y tomar medidas contra evasiones mediante cuentas familiares o falsas, bajo riesgo de multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos.
Aunque los menores seguirán pudiendo ver videos sin iniciar sesión, YouTube Kids seguirá disponible como alternativa segura y supervisada por adultos. YouTube, por su parte, ha defendido su naturaleza como plataforma de contenido visual, no una red social, y ha advertido sobre posibles acciones legales por lo que considera una regulación injustificada.
Este cambio normativo se enmarca en una ola global de políticas dirigidas a proteger la salud mental y digital de los jóvenes. El primer ministro Anthony Albanese ha señalado que las redes sociales “causan daño social”, y ha destacado su intención de promover normas similares a nivel internacional en el próximo foro de ONU en Nueva York.
Sin embargo, expertos y organizaciones de derechos digitales advierten de los riesgos de aplicar una solución tan general: alertan que podría empujar a menores hacia plataformas menos reguladas o fomentar el uso de VPNs para evadir restricciones. También cuestionan que la verificación de edad mediante métodos biométricos o documentales pueda vulnerar la privacidad infantil.
Asimismo, competidores de YouTube —como Meta, TikTok y Snapchat— criticaron duramente la decisión de otorgar una supuesta “exención especial” a la plataforma, comparándola con un “trato de favor” que socava la coherencia de la ley.
Mientras tanto, el Gobierno australiano prevé implementar campañas educativas y tecnologías de verificación de edad, anunciando medidas para asegurar que los jóvenes accedan al entorno digital sin exponerse a riesgos evitables.
Australia se posiciona como pionera en regulación digital infantil, apostando por restricciones ambiciosas para proteger a los menores, aunque aún quedan abiertas preguntas sobre su eficacia, equidad y repercusiones sociales.