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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado el despliegue de dos submarinos nucleares en zonas estratégicas próximas a Rusia, como respuesta a lo que describió como “declaraciones altamente provocadoras” emitidas por Dmitri Medvedev, antiguo presidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad nacional de dicho país.
La declaración, publicada en su red social Truth Social, advertía que las palabras pueden acarrear “consecuencias no previstas” y justificaba la movilización militar preventiva. Trump había lanzado un ultimátum a Rusia solicitando un alto el fuego en Ucrania antes del 8 de agosto; tras la negativa de Moscú, acusó a Medvedev de intensificar el conflicto con mensajes beligerantes, recordándole las capacidades nucleares soviéticas conocidas como “la Mano Muerta”.
Aunque no se ha divulgado la ubicación exacta de los submarinos ni su tipología, los medios indican que esta operación representa una escalada significativa en las tensiones diplomáticas con Rusia y evoca reminiscencias de la Guerra Fría. Según expertos militares, tener unidades nucleares posicionadas cerca del litoral ruso busca reforzar la posición disuasoria de EE. UU. ante posibles amenazas verbales o estratégicas.
En respuesta, el Kremlin, actualmente bajo la dirección de Putin y con Medvedev como figura representativa, ha mantenido su doctrina nuclear sin cambios. Un portavoz oficial recordó que el uso de la retórica nuclear estadounidense no mejora la seguridad regional y acusó a EE. UU. de contribuir a la inestabilidad global.
El movimiento de Trump coincide con una dinámica de creciente confrontación geopolítica. Además del despliegue militar, el expresidente ha acelerado su política de sanciones contra países que siguen adquiriendo energía rusa y ha enviado a su enviado especial, Steve Witkoff, a Moscú para exigir un cese del conflicto en Ucrania en un plazo marcado por presión diplomática.
El despliegue de unidades estratégicas nucleares, anunciado públicamente, señala tanto una dimensión militar como una clara estrategia de disuasión dentro del enfrentamiento verbal que mantiene con el entorno político ruso.