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jueves, 16 octubre,2025

Pacto de cirujanos

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Hace tiempo alguien me dijo que, a diferencia de un médico, la eventual responsabilidad de un arquitecto nunca puede quedar enterrada. Una construcción o reforma siempre será visible a los ojos de cualquier persona. Absurdamente, un edificio puede trascender durante siglos y convertirse en una obra de arte, pero el artista jamás obtendrá ninguna recompensa temporal. El tiempo es implacable para los humanos, aunque seas un virtuoso. Efectivamente, el arte es capaz enfrentarse a la muerte de una manera más eficaz. Pero esta pugna entre el arte y el fallecimiento siempre acabará en una victoria pírrica porque la obra artística, con el transcurso del tiempo, perderá a su componente fundamental: el artista. Finito. Entonces, será más bien que la creación artística es huérfana por naturaleza. Quién sabe.

La meta de alguien con vocación de estrella o artista es transformar la realidad. Tal vez el ejemplo más claro de reconvertir un ambiente sea el intento de un cirujano para atajar un problema médico. Salvo que sea una operación muy compleja, no creo que haga falta una reunión de varios cirujanos. Sin embargo, existen objetivos que requieren la confluencia y ayuda de varias personas al mismo tiempo. Al margen de curar a una persona de una enfermedad, irrumpen otras necesidades que necesitan de una precisión quirúrgica y que, como una intervención médica, implicarán un contacto estrecho con la realidad. Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos hablar del pacto de cirujanos.  A continuación, mencionaré algunos ejemplos.

Tal vez el caso más claro de un pacto de cirujanos sea el fútbol. Sin ningún tipo de duda, es el ejemplo más prosaico, pero el más fácil de entender. Probablemente, el fútbol guste tanto a las personas porque de alguna manera se reencuentran con su vena creativa. Normalmente, el domingo por la tarde un equipo de fútbol lucha para conseguir meter una pelota dentro de una portería. Si consigas ganar, el objetivo se habrá cumplido. Para ello, era necesario mutar la realidad. Aquí podríamos preguntarnos si hemos traspasado nuestras inquietudes creativas al algo enmascarado en forma de deporte. Mi respuesta es afirmativa y, a diferencia de lo que puedes ver en un mercado de fichajes, a cambio absolutamente de nada. Nos hemos conformado en ver un partido de fútbol, pero nadie se preocupa en jugarlo.

Con anterioridad, mencioné el pacto de cirujanos más trivial. Ciertamente, el común denominador de ese tipo de pactos es la precisión quirúrgica. Para descubrirlos tienes que poner en tu mente una caja de tres marchas con las siguientes velocidades: lento, más lento y muy lento. Lo ideal también es que tengas unas gafas que te permitan al mismo tiempo de ver de lejos y de cerca.

Tal vez el pacto de cirujanos más emblemático de la historia fue propuesto por John Kennedy, cuando, en el discurso de su investidura como presidente de los Estados Unidos, dijo lo siguiente: “No te preguntes qué puedes hacer por tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”. De los políticos no te puedes esperar absolutamente nada y en una democracia el factor fundamental es el individuo. En España, este axioma se ha ido confirmando legislatura tras legislatura. Por ejemplo, la crisis financiera del año 2007 no fue solucionada por los políticos sino por la tenacidad y las concesiones de muchos españoles. A lo mejor puede que algún día llegue algún político que humildemente ponga en práctica lo que con tanto acierto esgrimió John Kennedy y que tantas personas humildes han interiorizado.

Jaime Díaz Fraga
Jaime Díaz Fraga
Abogado. Experto en movilidad internacional.

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