Según el medio estadounidense «Político», aunque Trump sigue satisfecho con Musk y su iniciativa de eficiencia gubernamental, ambos han decidido que es momento de que el empresario regrese a sus negocios y asuma un papel más secundario. Fuentes internas de la administración, que hablaron bajo condición de anonimato, el cambio en la relación entre Trump y Musk refleja una nueva dinámica en la Casa Blanca.
Recientemente hemos sabido que la Casa Blanca ha negado que haya una salida inminente de Elon Musk de su rol en el gobierno de Estados Unidos. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, calificó los reportes sobre una posible partida inmediata de Musk como «una primicia basura». En declaraciones publicadas en X, afirmó que tanto Elon Musk como el presidente Donald Trump han indicado públicamente que Musk dejará su posición como empleado especial del gobierno solo cuando haya completado su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Esto sugiere que, aunque su salida está planeada para un futuro, no se trata de una decisión inmediata, sino que dependerá del cumplimiento de sus objetivos actuales.
Esta postura también coincide con el aumento en las acciones de Tesla tras la publicación de la noticia, lo que indica que el mercado percibe su eventual salida como un retorno a sus responsabilidades empresariales, lo cual podría ser positivo para sus compañías. Sin embargo, la situación sigue siendo dinámica, y es posible que surjan más detalles en los próximos días o semanas.
La supuesta salida de Musk se produce en medio de la frustración de algunos aliados de Trump respecto a su imprevisibilidad y al creciente riesgo político que representa. Su influencia en la política quedó en evidencia tras la derrota de un juez conservador en Wisconsin, a quien Musk había respaldado públicamente.
Este giro marca una diferencia respecto a hace un mes, cuando funcionarios de la Casa Blanca aseguraban que Musk «permanecería» en la administración y que Trump encontraría la manera de extender su estatus especial como empleado gubernamental más allá del límite de 130 días. Este estatus le exime temporalmente de algunas normas de ética y conflictos de interés y está previsto que expire a finales de mayo o principios de junio.
Algunos defensores de Musk dentro de la administración consideran que el momento es propicio para la transición, argumentando que ya se ha logrado reducir significativamente el gasto gubernamental. Sin embargo, otros aliados de Trump creen que Musk es una figura demasiado volátil, que ha tenido dificultades para coordinar sus decisiones con los secretarios del gabinete y con la jefa de personal, Susie Wiles. Su tendencia a realizar anuncios inesperados en su red social X, incluyendo propuestas drásticas para reformar agencias federales, ha causado tensiones dentro del gobierno.
Trump ha mostrado en público solo elogios para Musk, destacando sus contribuciones y llamándolo «patriota» y «amigo». Sin embargo, está cada vez más enfocado en las elecciones legislativas del próximo año y en proteger su mayoría en la Cámara de Representantes.
La salida de Musk podría representar el fin de las controversias generadas por su gestión, como su intento de reducir drásticamente el personal federal o su implicación en una filtración de información del Pentágono sobre planes de guerra con China, lo que generó preocupaciones sobre posibles conflictos de interés debido a sus negocios en ese país.
Algunos asesores creen que Musk ha servido como «escudo político» para Trump, absorbiendo las críticas más controversiales de su agenda. Sin embargo, su protagonismo ha comenzado a afectar directamente al presidente, lo que podría haber acelerado su salida.
En reuniones recientes del gabinete, Trump dejó claro que los recortes en las agencias federales estarán ahora en manos de sus secretarios, no de Musk. Aunque el magnate podría seguir asesorando informalmente a la administración, su rol como ejecutor principal de las reformas gubernamentales llegará a su fin.
Pese a los desacuerdos, Trump mantiene su aprecio por Musk y es probable que siga teniendo una relación cercana con él, aunque ya no desempeñe un papel central en su gobierno.
