Nos encontramos como ciudadanos instalados en la resignación de haber elegido a unos políticos que son unos manipuladores, unos caraduras y en algunos casos hasta malas personas, que eso ya lo dice todo, sobre todo quien nos gobierna.
Nos hemos instalado en la comodidad de mirar hacia otro lado ante tanta sin razón, ante tanta injusticia, ante tanta falta de sentido común y de dignidad.
Nos hemos instalado en la propia mentira de esperar a que llegue alguien a cambiar las cosas, y en la falta de fuerza y de amor propio.
Ha sido una semana dura, ha sido realmente alarmante lo que hemos podido ver en redes sociales, porque está claro que en ninguna de las televisiones oficiales han sido realmente honestos sobre lo que estaba pasando, porque pierden su subvención y el chiringuito con el que se forran a costa del ciudadano; personas atrapadas en vehículos, llantos, tristeza, zonas devastadas y un absoluto fango por donde quiera que miraras, no el fango del señor Sanchez, ese no, el fango de verdad, el que ha barrido pueblos en Valencia debido a políticas hechas por subnormales regados con dinero. Esos que no tienen amor propio ni personalidad alguna, y que han puesto la mano para convencernos de un ecosistema sostenible basado en la destrucción y en lo anticientífico.
Da vergüenza; políticos llenos de prepotencia y de indignidad, hablando sin ningún tipo de sentimiento o tristeza, creyéndose estar por encima de todos e incluso de la vida y de la muerte, quienes tras su monumental “cagada”, salen a pedir perdón bajo un manto de rojo/emergencias y vestidos de rojo para manipularnos visualmente. Y para que lo único que podamos ver es el rojo del miedo, del terror y de la muerte. Esta señora, si tuviera un poco de dignidad, ya habría dimitido.
Qué esperar de Sanchez, de Feijóo y de Mazón, tanto hipócrita que ha ido a sacarse la foto, porque ellos no están para achicar agua, y de toda una ministra que nos dice que el Ejército no está para todo; pero sí estuvo cuando se enviaron nuestras tropas a ayudar en el terremoto de Marruecos.
Qué decir de tantas personas que se desplazan hasta Valencia, que han ido voluntariamente, unos héroes vestidos de ciudadanos, de los bomberos franceses que han desoído órdenes del señor Marlaska diciendo que no vengan, y que se han presentado en Valencia; de tantos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, porque aún quedan muchos honestos, yendo voluntariamente a ayudar, sin uniforme pero preparados; de tantos agricultores que han llevado sus tractores, de tantas personas y empresas que están poniendo su granito de arena. De tantas personas que se han metido en el fango a buscar un aliento de vida y a rescatar los cuerpos de seres humanos, a los que el Gobierno deja abandonados. Un verdadero orgullo comprobar que aún, a pesar de la resignación en las que nos hemos instalado, ante el caos y el precipicio, nos queda aún mucho orgullo y dignidad.
El granito que no ponen nuestros políticos que aprovecharon toda esta situación para tomar la televisión llamada pública y que se ha convertido en un nido de víboras socialistas y afines, que vienen a ser todos los políticos principalmente del Gobierno y de la oposición; quiénes además han aprobado una modificación fiscal con la subida del diésel; y hasta con la subida fiscal a las grandes empresas del ministro Montoro, el del PP, que fue declarada inconstitucional y que sin embargo, el grupo del Gobierno actual pide neutralizar la anulación por parte del Tribunal Constitucional, porque claro… ¿quién controla al fiscal, perdón, al Tribunal Constitucional?
Y, mientras, cuatro días después de un desastre anuncia Sanchez que enviará medios a Valencia, aunque esperaba una llamada que se la pidiera; mientras, no hay que olvidar cómo han regado dinero países necesitados: 300 millones a Mauritania, 800 millones a Marruecos, 2.000 millones a Venezuela, 16 millones a Palestina, 554 millones en publicidad del Gobierno, 500 millones para la agricultura marroquí, 100 millones para los todoterrenos de la policía marroquí, 90.000 euros para el catering del Falcon, 40.000 euros en perspectiva de género. Y suma y sigue, sin contar lo que se están llevando por detrás. Pues eso, que los palmeros siguen viviendo en contenedores y aquí en Canarias eso no importa, porque ahora lo mas importante es la inmigración y construir viviendas prefabricadas, porque algún amigo de Coalición tendrá en marcha algún proyecto. A los valencianos a ver que les ofrecen, si es que les ofrecen algo.
Que este empujón de orgullo del que todos hemos participado, directa o indirectamente, y de insubordinación civil acudiendo a Valencia a pesar de la recomendación de no ir, pues nos dé la fuerza necesaria para abrir los ojos ante un sistema que hace aguas. Que dejemos de instalarnos en la resignación institucionalizada de que es mejor esto que tenemos a nada, porque ha quedado claro y evidenciado que nos gobiernan inútiles y que estamos llenos de instituciones (Gobierno central y autonómicos, cabildos y gobiernos civiles, ayuntamientos, corporaciones públicas, colegios profesionales, asociaciones públicas, y un largo etcétera) que no sirven para nada, cuyo único objetivo es exprimirnos para seguir viviendo de lo mal llamado “público”. Y que nos oprimen hasta en los peores momentos, a base de multas para el fisco por un coche mal aparcado en una zona cero llena de fango, lodo y mierda que impidieron limpiar en nombre del medioambiente, para que sus esbirros se forren en comisiones. Nada se queda en el pueblo que es el que paga y el que cumple. Pues ya es hora de dejar de resignarnos y salir a luchar por lo que es nuestro y nos han quitado: nuestra dignidad.






Me encanta, 🥰🥰