Yo tengo la solución para la inscripción de Dani Olmo y del otro por parte del F.C. Barcelona, sin cumplir el fair play financiero. Si el Consejo Superior de Deportes depende del Gobierno de Sánchez, que Laporta llame a Puigdemont, o lo vaya a ver, y le pida que el prófugo hable con Sánchez para que el máximo organismo deportivo español le conceda al Barça una “cautelarísima” y que pueda inscribir a esos jugadores, de manera provisional, una vez que la Liga y la RFEF hayan dicho que nones. Ya está. El Barcelona es el equipo del independentismo catalán, eso no me lo van a negar. Y si Puigdemont le rebota los presupuestos a Sánchez –es decir, lo chantajea otra vez—, si no inscribe a Olmo y al otro, pues Sánchez haría lo posible para que el Barcelona tenga a esos dos jugadores para lo que queda de temporada.
Además, Sánchez, como todo tipo de estofa cuestionada, es anti madridista. El otro jugador pendiente de inscripción, por cierto, se llama Pau Víctor, pero de éste no sé nada, no sé de dónde sale, si es de la cantera culé o si viene de lejos. No sigo a los culés. Bueno, pues ya les he dado la solución, así que lo que tiene que hacer Laporta es coger un avión y plantarse en Waterloo o en Suiza, lugares habituales de estancia del delincuente Puigdemont, se lo pida encarecidamente y Puchi por el Barça ya se sabe que hace lo que sea. Incluso poner en un brete, una vez más, al sátrapa que preside el Gobierno de España. Anda, Laporta, hombre, coge el avión, que a ti tampoco te importa mucho. Tiene que haber un follón de comisiones en el F.C. Barcelona que si salen a la luz se va a armar una gorda. No lo digo yo, está por todas partes. Y en cuanto al caso Negrerira, cuando se conozca todo el sumario, algunos van a caer. Me da que el Barça tiene menos futuro que el sastre de Tarzán, como diría el inolvidable Chiquito de la Calzada. Bueno, pues menos mal que se acabaron las fiestas de Navidad. En las vísperas de Reyes estaba todo abarrotado, pero todo. No se escapó ni El Rastro, que estaba atiborrado de gente comprando las cosas más extrañas.
Los últimos de las fiestas de Navidad –me envían la foto— fueron Juan Inurria y Carmen Rosa García Montenegro, que coincidieron en alguna de ellas. A mí me vino bien todo lo que me regalaron, menos una camiseta de El Ganso que me quedó chica y que hoy voy a cambiar por una más grande o por otra cosa, ya veré. Hoy es el día de los cambios, nadie está conforme, por lo general, con los regalos. Como yo no pido sino calzoncillos y perfumes y artículos para el afeitado y eso, pues siempre me gustan lo que mis hijas me regalan, así que me quedé contento tras la visita de los Magos de Oriente, que no son iguales que los Mgaos del Sauzal, un suponer. Son magos distintos. En fin, que, como verán, no tengo ni ganas ni material para componer un Pipol lleno de información. Sólo se me ha ocurrido lo de Puchi y la “cautelarísima” (así se llama en derecho) que, como idea, no está nada mal. No me discutan eso.
