- Publicidad -
Cajasiete
sábado, 17 mayo,2025

Una furgona llena de putas

Hace mucho frío en Teruel, el lugar donde mi padre y mi tío, que en paz descansen, hicieron la guerra civil. El frente de Teruel fue acaso una de las batallas más crueles de la contienda. Pero Teruel iba a pasar a la historia, además de por aquel frente sangriento en el que luchaban españoles contra españoles en las trincheras, por los lances románticos de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, por el aeropuerto sin actividad, pero muy rentable como depósito de aviones, y, sobre todo, por su Parador Nacional: el lugar al que José Luis Ábalos, ministro de Sánchez que fue, el putero mayor del Reino, a decir de las crónicas, se llevó una furgona llena de señoritas de mala reputación para su solaz. Las putas no eran de Teruel, porque a Ábalos no le gustaban las disponibles, procedían de Zaragoza, donde encontró más variedad entre la cantidad. En fin, que resultó, así como por casualidad, que la noche del lenocinio, estaba allí alojada la hoy ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que ha tenido que reconocer este hecho, por otra parte insignificante, pues nada tiene que ver el festín consentido de Ábalos y compañía con la presencia de la alegre ministra, que roncaba lejos de los lechos del pecado. A lo mejor ni se enteró de lo del puterío. Mas yo quiero llegar a una coincidencia y ésta no es otra que la presencia en Teruel del escultor Juan de Ávalos y Taborda. No porque el bueno de Ávalos, que se llama igual que Ábalos, menos una letra, haya estado presente en el jolgorio, ni mucho menos. Había muerto hacía años (2006). Pero hoy se dirime si una estatua de Juan de Ávalos y Taborda dedicada al general Franco y promovida por el poncio cacereño Juan Pablos Abril, destinado a Tenerife como gobernador, cirujano que fue en Cáceres, y a la sazón entusiasta promotor de la obra, costeada por los tinerfeños, hay que dinamitarla o no. Unos dicen que sí y otros dicen que no. A mí no me molesta para nada. Mas da la casualidad de que las tumbas sobre las cuales yacen los dos muchachos turolenses, esculpidos en mármol, ella hija de rico mercader, él pobre solemne, extienden sus manos, sin tocarse, en la turolense iglesia de San Pedro, dos sepulcros medio barrocos, bellísimos y un tanto cursis, colocados en forma paralela y de los que salen dos manos que se acercan sudando amor, fueron esculpidos en su día por Juan de Ávalos. Los amantes de Teruel. ¿Serán también incluidos en el catálogo anti franquista? ¿O, acaso, en su defecto, se colocará una placa en el Parador Nacional de Teruel destacando las hazañas orgíacas y las bacanales de Ábalos, ministro de Sánchez y reclutador de señoritas? La historia del joven héroe de la Reconquista, que cayó junto al lecho de su novia, en el siglo XIII, víctima de un ataque de amor cuando ella se negó a besarlo, mientras la joven yacía con su marido con el que se había desposado esta misma noche, cansada de esperarlo, se mezcla con la estatua de Franco, las putas de Ábalos, la presencia –ya reconocida— de una ministra actual en el establecimiento la noche de la fiesta –insisto: presencia inocente y casual— y la guerra civil española. Todo es aterrador, como el propio país, todo es tenebroso, como la misma España negra que alberga estas leyendas, todo es confuso, como el comportamiento del joven Sánchez, rebautizado como San-Chin-Pon, que se fue a China a jugar a las bolas con Xi Jinping, todo es una maraña tejida cuando la gente quería olvidar el pasado, tras el paso alegre de la paz. Ay, mi cabeza. Sólo falta que salga a la luz la carga de la prueba: los calzoncillos usados por Ábalos en el lance de Teruel, llenos de marcas de los frenazos que suelen aparecer en los dorsos de tales prendas, sobre todo cuando uno hace esfuerzos sobrehumanos para contener las emociones. Porque no hay mayores ni mejores emociones que las plasmadas, como en un lienzo para la historia, en esas prendas interiores de adentro, dicho sea para redundar.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
spot_img

LECTOR AL HABLA