Radio Burgado comenzó el lunes, de nuevo, sus emisiones, como un sucedáneo, o un anexo, de El Burgado. Emitimos a través de Capital Radio, La 10 o Radio CIT (esta FM tiene más nombres que yo, que me llamo Andrés María Joaquín Ramón de la Santísima Trinidad González de Chaves y Sotomayor, muchos nombres y apellidos y poco dinero) los lunes, desde las 8 de la mañana, creo. Esta mañana de lunes hicieron los chicos un buen programa y tuvieron la gentileza de llamarme.
Coordina Inurria junior y participan Rita Medina, Gabriel Suárez, Patricia Fernández, con Edgard (no me sé el apellido) grabando los programas, que serán emitidos también en El Burgado, no sé si enteros o a cachos, como les gusta a Inurria junior y a Edgard, que son los que manejan las redes. A Rita le encanta el fútbol femenino, a mí, nada. No dan la talla, menos Aitana Bonmatí, que podría jugar en cualquier equipo de Primera División porque es mejor que Pedri y mira que Pedri es buen jugador. Quieren hacerme un reportaje en la cama, desde donde yo hice la radio durante más de diez años, en la vieja Radio Burgado, que fue una de las emisoras más influyentes de la historia de la radio en Canarias. Los que escriben de estas cosas jamás la citan, por la puta envidia que despierto donde quiera que voy, por lo fanfarrón que soy y porque siempre me ha gustado vivir bien. Y aparentarlo. Y porque me he pegado la gran vida, claro. Hubo un momento de mi existencia que era tanto lo que viajaba que me despertada por la mañana y no sabía dónde estaba. Y ahora, que no salgo de mi casa, tengo un sueño recurrente: que estoy con Florentino Pérez, que apenas me conoce (en el sueño, porque no me conoce de nada en la realidad) en el palco del Real Madrid. Chiquita matraca, muchacho, el sueño va y viene, me despierto para el pis, me vuelto a acostar y continúo junto a Florentino en el puto palco. No quiero ir más al Bernabéu, coño, porque me disgusto mucho con la incertidumbre del resultado, mientras que el Barça golea. Yo he creado más empleo en esa emisora que en ninguna otra, exceptuado la Radio Club auténtica de Paco Padrón, que fue una escuela de radio, igual que lo fue Radio Burgado. Menos mal que casi todos los que trabajaron conmigo reconocen el magisterio de esta emisora, y mío, claro, que llegó a escucharse perfectamente en Madeira, sobre todo la musical. Porque teníamos dos. Pues en vez de tanta envidia, arriesguen, coño, y no estén siempre pendientes de lo que hacen los demás. Bueno, pues me alegro mucho de que Juan Antonio Inurria haya tenido la idea de inaugurar una nueva etapa, pasito tun-tun, de Radio Burgado. Por cierto, ¿han visto el pin de la emisora? Es precioso, me lo diseñaron en Madrid, una casa especializada y los entregamos con cuentagotas. A mí no me los pidan, sino a Juan Inurria padre, que es el cajero. Se va a arruinar con El Burgado, creo que su participación va por los 500 euros que me prestó y que no le he devuelto. Como tampoco le he pagado a Antonio Alarcó un reloj que le encargué y que me trajo de Madrid: 400 pavos. Oiga, cambiamos de tema, por la cuenta que me trae.
El muelle de Santa Cruz estaba ayer precioso, lleno de barcos. Cruceros que traen turistas que dejan dinero a la isla, sobre todo a la capital tinerfeña. Miles de visitantes que habrán recorrido la isla en busca de sus bellezas naturales y que, naturalmente, ayudarán al colapso que sufre Tenerife. Pero vivimos de eso, hay que aguantarse. Ni un turista tiene que dejar de venir porque estorbe. Lo que hay que hacer, y cuanto antes, es revisar las infraestructuras. Los trenes al norte y al sur evitarán muchos disgustos, sobre todo de tráfico. Pero me da que yo no los voy a ver –sería lo más lógico— y mucho menos si me siguen persiguiendo estas cagaleras que me tienen recluido en casa, por el consabido temor al rebose de la presa en plena calle.
Parece que fue ayer. Se cumplen cincuenta años del nacimiento de la productora musical Manzana, una discográfica que llegó a ser muy importante, y de sus tiendas, que crearon los hermanos Segura. Queda Alberto y goza de muy buena salud, y ahora explota las tiendas de objetos curiosos y antiguos, llamadas El Cinematógrafo. También vende vinilos y CD que son joyas. Hay una foto que me ha enviado un amigo de los tiempos más importantes de Manzana. En ella aparecen la gran Celia Cruz, Paco Padrón, a la sazón director de Radio Club Tenerife; Alberto Segura y el productor y periodista Javier Zerolo. Es una foto histórica, yo no la había visto. Manzana llegó a editar lo mejor de Los Sabandeños y a un montón de artistas locales que luego fueron famosos. Alberto Segura se alió después en unas tiendas con el Grupo Prisa, si no me equivoco –hablo de memoria—y llegaron a abrir en Madrid. Yo recuerdo ir a una de ellas. Allí me encontré con una chica, casada con un Cobiella, de esos que no me saludan. Y me saludó. Pero se ve que se precipitó y volvió sobre sus pasos: “Ay, perdón, no tenía que haberte saludado”, me dijo, con voz queda. Casi no me parto de risa. Estos Cobiella son muy particulares. Eran amigos y la disputa surgió de un malentendido, pero ellos son implacables en las relaciones humanas. Son muy coherentes y amigables, sin embargo. Yo los adoro, incluso a cierto yerno que es un modelo de simpatía. Tengo un amigo que lo llama “bolas tristes”.
