Ucrania aceptó una propuesta de Estados Unidos para implementar un alto al fuego inmediato de 30 días en su conflicto con Rusia, según un comunicado conjunto emitido tras extensas negociaciones en Jeddah, Arabia Saudita. Esta decisión marca un paso significativo hacia la posibilidad de poner fin a más de tres años de guerra, aunque su éxito depende de la aceptación de Rusia, que hasta ahora no ha emitido una respuesta oficial.
Las conversaciones, que duraron más de ocho horas, contaron con la participación de altos funcionarios ucranianos, como el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, y el ministro de Asuntos Exteriores, Andriy Sybiga, junto a representantes estadounidenses, incluidos el secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz. El acuerdo estipula una tregua inicial de 30 días, extensible por mutuo consentimiento entre Kiev y Moscú, y busca sentar las bases para negociaciones más amplias hacia una paz duradera. En paralelo, Estados Unidos se comprometió a reanudar de inmediato el suministro de ayuda militar e inteligencia a Ucrania, que había sido suspendido tras tensiones entre el presidente Donald Trump y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, a finales de febrero.
Zelensky, quien no estuvo presente en Jeddah pero supervisó las conversaciones desde Kiev, calificó la propuesta como «positiva» y subrayó la disposición de Ucrania para avanzar hacia la paz. «Hemos buscado la paz desde el primer segundo de esta guerra y estamos listos para dar este paso», afirmó en un mensaje publicado en X. El líder ucraniano destacó que el alto al fuego cubriría no solo ataques aéreos y marítimos, como había propuesto inicialmente Ucrania, sino también la totalidad de la línea del frente, que se extiende por más de 1,000 kilómetros. Sin embargo, enfatizó que el siguiente paso recae en Washington: persuadir a Rusia para que acepte los términos.
Por su parte, Rubio declaró en una conferencia de prensa en Jeddah que «la pelota está ahora en la cancha de Rusia» y expresó optimismo sobre las perspectivas de paz, aunque advirtió que un rechazo ruso revelaría «quién es el verdadero obstáculo». El acuerdo también incluye medidas humanitarias, como el intercambio de prisioneros de guerra y el retorno de niños ucranianos desplazados forzosamente a Rusia, puntos que Kiev considera esenciales para construir confianza.
El contexto de esta iniciativa llega tras semanas de tensiones entre Ucrania y la administración Trump, quien ha abogado por una resolución rápida del conflicto desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025. La suspensión temporal de la ayuda estadounidense había generado críticas en Kiev, pero el restablecimiento de la asistencia señala un giro hacia la cooperación. Mientras tanto, fuentes cercanas al Kremlin han indicado escepticismo, recordando demandas rusas previas de «neutralidad» y «desmilitarización» de Ucrania, condiciones que no figuran en la propuesta actual.
La comunidad internacional sigue atenta a la respuesta de Moscú, que controla aproximadamente el 20% del territorio ucraniano desde su invasión en febrero de 2022. Si Rusia acepta, el cese al fuego podría entrar en vigor de inmediato, abriendo una ventana para la diplomacia que muchos consideran crítica en este prolongado conflicto. Por ahora, el mundo observa si este esfuerzo liderado por Estados Unidos logrará silenciar las armas en el este de Europa.