Cuando Obama llegó a la presidencia de los Estados Unidos ya le tenían preparado el Nobel de la Paz. Se lo entregaron con cero méritos. Si Trump acaba con la guerra de Ucrania, por muchos wokes que haya en el mundo, ese devaluado premio tendrá que ir para el Pato Donald. Sería de justicia. Empezó Obama el mandato en 2009 y le dieron el premio en 2009. Más rápido que el viento. Si Trump convence a Putin de que se retire de Ucrania y Zelenski cede a Rusia los aledaños de Kursk, caminito de Crimea, pues estaríamos en la recta final del conflicto, en el que han muerto cientos de miles de soldados ucranianos, rusos y hasta coreanos del norte, que se dejan tirotear porque, si no, se los carga Kim Jon Il cuando regresen a su país. O se los echa a los perros dóberman esos que tiene adiestrados ese gordo de mierda. Ha sorprendido la conversación por separado de Trump con Zelenski y con Putin y dicen los cronistas de Washington que las cosas están bastante avanzadas. Es buena la intervención de Trump, pero cuidado que Trump lo mismo arregla una guerra que machaca a sus enemigos. El idiota de Sánchez se ha puesto en frente de americanos e israelíes y, puestos a negociar el nuevo reparto, a ver si Trump, al que Marruecos se ha acercado mucho, le da por negociar con el moro Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. Europa no se opondría porque, hoy por hoy, Europa es un mojón. Y España lo que ha hecho es llenar de agua los viejos depósitos de la época de Franco, oxidados como una bayoneta de la guerra civil, y mandarles fusiles nuevos a las escasas guarniciones de los peñascos españoles cercanos a la costa marroquí, deshabitados o habitados por un par de rebaños de cabras que se comen la poca yerba que hay en los alrededores. Ni Sánchez ni Napoleonchu, su ministro de Exteriores, gran exterminador de embajadores, tienen puta idea de política exterior y en vez de arrimarse al ganador lo hacen al perdedor, por ejemplo, a la Autoridad Palestina, que manda menos en el mundo que Von der Leyen, la tonta que preside la Comisión Europea, la amiguita de Sánchez, discípula poco aventajada de Merkel. En fin, que yo voto porque, si acaba con la guerra de Ucrania, le concedan el premio Nobel de la Paz a Donald Trump, con muchos más méritos que Obama, al que se lo dieron gratis, aunque luego se lo mereciera gracias a los Navy Seals que le metieron cuatro tiros a Osama Bin Landen.
lunes, 23 junio,2025