El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la adjudicación a Boeing de un contrato para construir el F-47, un avión de combate de sexta generación que promete revolucionar la supremacía aérea estadounidense. En una ceremonia acompañada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general David Allvin, Trump describió el F-47 como «el avión de combate más avanzado, letal y adaptable jamás construido», destacando que será «prácticamente invisible» para los enemigos y estará diseñado para operar junto a drones autónomos.
El F-47 forma parte del programa Next Generation Air Dominance (NGAD), que busca reemplazar al F-22 Raptor, en servicio desde hace dos décadas, y posicionar a Estados Unidos por delante de rivales como China y Rusia en tecnología aérea. Aunque los detalles técnicos permanecen clasificados, Trump aseguró que el avión contará con capacidades stealth avanzadas, mayor velocidad y maniobrabilidad, y una integración sin precedentes con inteligencia artificial y sistemas de drones. «Nada en el mundo se le compara. Los generales eligieron un nombre precioso, F-47», afirmó el presidente, en un guiño a su condición de 47º mandatario del país, aunque aclaró que la designación fue decisión militar.
La elección de Boeing, tras un intenso proceso competitivo que dejó fuera a Lockheed Martin, representa un impulso significativo para la compañía, que ha enfrentado dificultades tras incidentes con sus aviones comerciales y pérdidas financieras en 2024. El contrato, cuyo monto no fue revelado por razones de seguridad, podría alcanzar los miles de millones de dólares, con estimaciones previas del Congressional Budget Office que sitúan el costo por unidad entre 80 y 300 millones. Boeing planea producir el F-47 en su planta de St. Louis, Missouri, y Trump expresó su ambición de ver el primer avión operativo antes del fin de su mandato en 2029.
El anuncio ha generado reacciones mixtas. Mientras algunos celebran la renovación militar y el apoyo a Boeing, críticos como Elon Musk, asesor cercano de Trump, han cuestionado la relevancia de aviones tripulados frente a drones más económicos. En el ámbito internacional, aliados han mostrado interés en adquirir el F-47, según Trump, quien subrayó que el proyecto refuerza la proyección de poder estadounidense «para generaciones». Sin embargo, la falta de detalles concretos mantiene abiertas las especulaciones sobre las capacidades reales del avión y su impacto en el equilibrio global de fuerzas.