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Tenerife/Caracas (Con informaciones de H.T. y de J. S. y agencias).- The New York Times informa que Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para que las fuerzas armadas de los Estados Unidos puedan intervenir en Venezuela, invadiendo incluso su territorio terrestre y marítimo, en una operación dirigida contra el narcotráfico.
Concretamente contra el Cártel de los Soles (llamado así por los soles que lucen los generales venezolanos en sus charreteras), que supuestamente dirige Nicolás Maduro, presidente ilegítimo de su país, en colaboración estrecha con el general Vladimir Padrino López, eterno ministro de Defensa del régimen, y con el ministro del Interior, Diosdado Cabello.
Los Estados Unidos ofrecen cuantiosas recompensas para quienes ayuden a detener a los tres máximos involucrados en el cártel, el propio Maduro (50 millones de dólares), Diosdado Cabello, ministro del Interior (25 millones) y el referido Padrino (15 millones de dólares).
Algunas fuentes indican que las familias de los generales y otros altos mandos militares integrados en el cártel han enviado ya a sus familias fuera del país y se señala a Cuba y a España como países en los que encuentran resguardo seguro, mientras esperan acontecimientos en su país. Muchos venezolanos ligados al chavismo han adquiridos valiosas mansiones en España.
Según informaciones de agencias, dos escuadrillas de F-35 se encuentran estacionadas en las islas de Bonaire, en las Antillas holandesas, a 80 millas de la costa venezolana, y de Puerto Rico, estado libre asociado de los Estados Unidos, a la espera de órdenes para intervenir.
Una flotilla de destructores –tres— y un buque de transporte anfibio, que puede tener funciones de portaviones, se encuentran en el límite de las aguas exclusivas venezolanas, a la espera de órdenes, además de uno o dos submarinos nucleares. Los barcos son el USS Iwo Jima, buque de asalto y apoyo, y los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y el USS Sampson, equipados los tres con misiles Tomahawk de largo alcance y alta precisión, además de con potente poder de fuego convencional.
Se espera la presencia en la zona de un avión espía, tipo Poseidón, que estaría estacionado en Bonaire o en Puerto Rico como apoyo de las operaciones que se realicen.
Parece ser que el domingo será la fecha clave para algún tipo de operación. Los Estados Unidos saben perfectamente las ubicaciones de los aeródromos que se utilizan para el transporte de la droga. Estos aeródromos serían destruidos. Parece muy remota la posibilidad de una acción terrestre, aun que hay 4.200 marines a bordo de los barcos citados.
Según fuentes de la oposición venezolana, Maduro está muy temeroso, encerrado en Fuerte Tiuna. Al parecer, cada noche duerme en un lugar distinto y hasta tres comisarios de su confianza, uno de ellos cubano, vigilan estrechamente la elaboración de sus menús. Como dijo ayer la televisión argentina, el cocinero de Maduro es hoy el hombre más vigilado del mundo. Más que el de Putin, para que no pueda responderle al líder ruso con sus propios métodos –el polonio–.
Ayer, un avión de la compañía Conviasa no fue autorizado a aterrizar en La Habana, no se sabe bien si por decisión de las autoridades cubanas o porque los Estados Unidos sospechaban de que algún líder del Cártel de los Soles iba a bordo y lo obligó a dar la vuelta, rumbo a Caracas.
Según algunas fuentes, el Ejército venezolano se ha convertido en una tropa desmantelada y hambrienta. Sólo viven bien los que mandan, por lo que tampoco se descarta una rebelión en los cuarteles, de capitanes para abajo, que son los oficiales que tienen más contacto con la tropa. Los 4,5 millones de milicianos armados por Maduro (cifra exagerada, no hay armas para tanta gente, ni tanta gente que desea ser armada) no valen para nada ante la presencia de 4.200 marines, entrenados para la guerra. Sería absurdo y desequilibrante un enfrentamiento.
Según ha declarado el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, que es el encargado por Trump para dirigir las operaciones contra el Cártel de los Soles, “Maduro no es en este momento el presidente de Venezuela sino el líder del Cártel de los Soles y como tal hay que tratarlo”.
En todo caso, si la operación comienza el domingo, como está previsto, no se planteará como un conflicto armado contra Venezuela sino como una operación contra el narcotráfico. Se estima, según fuentes de la DEA, la agencia antidroga norteamericana, que 30 toneladas de cocaína procedentes de Venezuela entran en los Estados Unidos, a través del Cártel de los Soles, con un valor estimado de unos 8.200 millones de dólares.
En este momento, ni Colombia ni Brasil, que anteriormente pudieron ser considerados aliados de Maduro como presidente de Venezuela, reconocen la autoridad del sátrapa, tras haber perdido las elecciones, y estiman que el presidente legítimo es –como lo estiman los Estados unidos y la Unión Europea— Edmundo González Urrutia, oficialmente exiliado en España, aunque pasa largas temporadas en los Estados Unidos. Un yerno de González Urrutia fue secuestrado por Maduro, que no ha comunicado, desde hace meses, a la familia el paradero del detenido. Se teme que haya sido torturado. Fue apresado por sicarios del régimen cuando llevaba a sus hijos menores al colegio.
La pregunta final es a dónde podría escapar Maduro. Teóricamente, él y los responsables del cártel, considerado ya por USA como una organización terrorista, no tienen escapatoria. Los países que podrían darle cobijo, con excepción de Cuba, están muy lejos y Cuba permanece estrechamente vigilada, en todas las rutas marítimas y aéreas. Es muy probable que Maduro, Padrino y Cabello sean “extraídos”, y, antes de que ellos mismos se den cuenta, se encuentren en territorio norteamericano. Entonces el chavismo y su triste deriva colocarán en la pantalla la palabra “Fin”.