El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles una nueva ronda de aranceles recíprocos, imponiendo un gravamen del 20% a todos los productos provenientes de la Unión Europea (UE), en lo que ha denominado el «Día de la Liberación» para la economía estadounidense. El anuncio, realizado durante un acto solemne en la Casa Blanca, forma parte de una estrategia más amplia para corregir lo que Trump describe como décadas de prácticas comerciales «injustas» que han perjudicado a Estados Unidos.
Según el mandatario, la medida responde a los aranceles del 39% que, según él, la UE aplica a las exportaciones estadounidenses, aunque esta afirmación ha generado controversia y ha sido cuestionada por funcionarios europeos. Trump justificó los nuevos gravámenes como una acción «recíproca» y afirmó que Estados Unidos solo cobrará la mitad de lo que considera que otros países le imponen, en un esfuerzo por restablecer la «justicia» en el comercio global.
El anuncio, que tuvo lugar tras el cierre de Wall Street, incluye también aranceles a otros socios comerciales, como China (34%), Japón (24%) y Corea del Sur (25%), entre otros. Trump presentó un gráfico durante su discurso en la Rosaleda de la Casa Blanca, destacando que estas medidas buscan proteger la industria manufacturera estadounidense y apoyar a agricultores y ganaderos, sectores que, según él, han sido especialmente afectados por las políticas comerciales extranjeras.
La Unión Europea, por su parte, ya había advertido que respondería con fuerza a cualquier medida arancelaria de Estados Unidos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró el martes que el bloque tiene «un plan sólido» para contraatacar, incluyendo la posible activación de su instrumento anti-coerción, conocido como «el bazuca», que podría imponer restricciones a empresas y productos estadounidenses. Fuentes diplomáticas en Bruselas indicaron que la UE está considerando medidas de emergencia, como aranceles selectivos sobre bienes como el whiskey americano, las motocicletas y los productos agrícolas, en un intento de generar un «efecto boomerang».
Los mercados financieros reaccionaron con nerviosismo ante el anuncio, con caídas en varias bolsas europeas, mientras que el selectivo español registró un leve aumento del 0,4%. Economistas y analistas advierten que estos aranceles podrían elevar los precios de los bienes de consumo en Estados Unidos y desatar una guerra comercial que afecte a la economía global. Según el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale, un arancel del 20% adicional podría costar al hogar estadounidense promedio al menos 3.400 dólares anuales.
Trump, sin embargo, defendió su decisión, afirmando que «este es uno de los días más importantes en la historia de Estados Unidos» y que marca el comienzo de una «era dorada» para la nación. El presidente también culpó a sus predecesores por no haber abordado previamente estas «injusticias» comerciales, insistiendo en que su política de «América primero» corregirá el desequilibrio.
La implementación de los nuevos aranceles comenzará de inmediato, según confirmó la Casa Blanca, aunque algunos detalles, como las excepciones para países con acuerdos comerciales como el USMCA (Estados Unidos, México y Canadá), aún están pendientes de aclaración. La UE y otros socios comerciales, incluidos China y Canadá, ya han expresado su intención de tomar represalias, lo que podría escalar las tensiones comerciales en los próximos días.
Esta medida se suma a otras acciones recientes de la administración Trump, como los aranceles del 25% a vehículos fabricados fuera de Estados Unidos, que entrarán en vigor el 3 de abril, y los gravámenes aumentados a China y otros países desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas políticas podrían redefinir las relaciones comerciales globales y afectar la estabilidad económica mundial.