Tesis

No sé de qué se extrañan porque el comisario de la dana de Valencia, José María Ángel, haya falsificado su título de diplomado, cuando el gran patrón –Sánchez— copió su tesis doctoral de autores y de documentos públicos y no ha tenido la decencia de dimitir. Lo descubrió un periodista de ABC, que publicó la falsificación con pelos y señales y a Sánchez ni se le movió un músculo. Se sospecha que en Tenerife algún que otro alto cargo, incluso algún alcalde, ha falsificado su currículo y que se les investiga por ello, más en el silencio que en el alboroto. Y se duda, incluso, de que Sánchez haya leído su tesis realmente ante el tribunal que se la validó, puede que lo haya hecho en el bar de la universidad Camilo José Cela. Le dieron, claro, apto cum laude, la máxima calificación. También fue paralizada sospechosamente –y yo imagino por qué, ¿eh, Pablo Casado?— la investigación que el PP encargó a una comisión del Senado sobre la tesis de Pedro Sánchez, que no pudo sacar ninguna conclusión porque alguien del PP ordenó que no siguiera adelante la cosa. Han falsificado currículos desde Pachi López, que ha llegado a ser lendakari, presidente del Congreso y candidato a secretario general del PSOE, a la delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, pasando por un montón de gente más; y ahí siguen, tan campantes. ¿Qué importa un diploma más o uno menos? A Sánchez le escriben los libros sus negros y sus negras y, aunque vende pocos, los firma. No tiene pudor alguno. Ahora se viene a Lanzarote, una isla en la que no lo quieren, y lo visitará hasta el impresentable del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que tampoco conoce lo que es el sentido común y que unas veces es sanchista y otras anti sanchista, muy al estilo de CC, depende de cómo les venga bien económicamente, porque ideología no tienen. Que tenga ojo Fernando con su relación con algunas ONGs. También se le sigue la pista. Dicen que los que mandan son otros, no el presidente, que tiene cara de vendedor de zotal y lejía sin etiquetar. Sánchez se trae un séquito de más de 50 personas, con un costo estratosférico, aunque nadie dice nada, hay un extraño buenismo en todo lo que hace. Los 20 guardias civiles de los Grupos Rurales de Seguridad que le escoltan tienen que adelantar cada uno 400 euros de sus dietas para su alojamiento y manutención. Les dan 77 euros diarios a cada agente ¡para hotel y tres comidas! Todo esto lo están leyendo en el extranjero, donde nada más nombrar a Sánchez la gente se ríe. Y le voy a dar un dato al fiscal general, García Ortiz: no es que Sánchez te quiera; es que te necesita para salvar a los suyos. No es que te apoye, ni que desee protegerte. Te está usando. Así que lo mejor, si quieres demostrar tu inocencia, es que no te agarres a los pilares de la Fiscalía General. Dimite, ten dignidad y defiéndete ante los tribunales, como hace cualquier españolito. Si no, no haber borrado los mensajes del móvil. Por algo sería. Como diría Juan del Castillo, paz descanse, en España no hace falta tumba del soldado desconocido, porque en España nos conocemos todos.