La constancia en política es esencial. No tirar nunca la toalla. Que se lo pregunten al personaje que vive en La Moncloa. Trump, desde ahora Supertrump, sabe que Elon Musk es un genio y se agarró a él como se agarraban a las columnas de sus casas las víctimas de Pompeya. Además, le atacaron dos veces con armas de fuego y eso mola mucho, cuando no te matan, cuando sólo te rozan el tronco de la oreja. O sea, que Trump, que es un hombre con suerte, se alió con dos elementos fundamentales: esa suerte y Musk. Una lo define todo y el otro es capaz de crear Twitter y de lanzar naves al espacio para turistas. O sea, de todo. Trump ganó en votos electorales, en votos populares, el Senado y probablemente la Cámara de Representantes. Es decir, que controlará las cámaras y, con ellas, los poderes. La democracia de las democracias, con sus fallos, le da la razón a Borges: se trata de un abuso de la estadística, pero también es el más perfecto de los regímenes imperfectos. Al fin y al cabo, Kamala Harris era una fiscal dura venida a más, a la que Biden nunca pudo encargarle nada grande, porque era incapaz de ejecutar el encargo. Los metisacas de los demócratas durante la campaña tampoco ayudaron y el voto negro y el voto hispano fue a parar al que mejor hizo sus promesas electorales: Donald Trump. Las bolsas americanas no bajaron, subieron. Parece que Europa teme a Trump, pero América no. Europa será, para Supertrump, una aliada débil, sin gran poder de decisión. Quien no pague el canon no podrá jugar la partida. Se salva Israel y se hace casi imposible un conflicto con Rusia, menos mal. La carrera electoral en los Estados Unidos es complicada y dura y la repercusión mundial que tiene resulta infinita. La ha encajado muy mal Kamala Harris, que incluso ha tardado demasiadas horas en felicitar al ganador. Ahora lo que tiene que hacer el Partido Demócrata es buscar un candidato entre sus gobernadores más sobresalientes, porque últimamente, desde la demencia de Biden, no levanta cabeza. Ganó Supertrump, claramente, por lo que no habrá lugar a dudas razonables. Vamos a ver cómo actúan ahora el presidente y su magnate. ¿Peligroso? Puede, pero Kamala también lo era, más por ignorante que por estrafalaria.
martes, 29 abril,2025