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El primer ministro Shigeru Ishiba anunció este domingo su renuncia tanto al cargo de jefe del Gobierno como a la presidencia del Partido Liberal Democrático (PLD), anticipándose a una reunión clave de su formación que podría haberlo apartado del poder. La decisión, comunicada en una rueda de prensa convocada de urgencia tras filtraciones a los medios, responde a la presión interna tras la debacle electoral de julio, cuando el PLD y su coalición perdieron la mayoría en la Cámara Alta por primera vez desde la fundación del partido en 1955. “He tomado la decisión de dejar el liderazgo del PLD, por lo que, según los estatutos del partido, ya no será necesario convocar una campaña extraordinaria para elegir a un nuevo presidente”, afirmó Ishiba, visiblemente emocionado, marcando el fin de su breve mandato de menos de un año.
La dimisión de Ishiba, de 68 años, llega tras una serie de reveses electorales que han debilitado al PLD, un partido que ha dominado la política japonesa durante casi toda la posguerra. En octubre de 2024, tras asumir el cargo, Ishiba convocó elecciones anticipadas para la Cámara Baja, confiando en capitalizar su imagen de líder centrista y renovador. Sin embargo, la coalición liderada por el PLD perdió la mayoría en la cámara baja por primera vez en 15 años, un golpe que se agravó con la derrota en las elecciones a la Cámara Alta en julio de 2025, donde el PLD y su aliado Komeito no lograron los 50 escaños necesarios para mantener el control. Este “desastre histórico” desencadenó una oleada de críticas internas y externas que acusaban a Ishiba de no haber sabido conectar con un electorado frustrado por el alza de precios y el estancamiento económico.
El anuncio de su renuncia se produce apenas un día antes de una reunión del PLD programada para el lunes, en la que se iba a debatir un posible adelanto de las primarias del partido, un movimiento que equivalía a una moción de censura implícita contra Ishiba. Según fuentes cercanas al partido, la decisión de dimitir fue tomada tras una reunión el sábado con el ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi, y el ex primer ministro Yoshihide Suga, quienes habrían instado a Ishiba a asumir la responsabilidad de los resultados electorales para evitar una fractura interna. “No quiero que el partido se divida. Mi renuncia es la mejor manera de garantizar la unidad y avanzar”, explicó Ishiba, cuya decisión ha evitado un enfrentamiento público que podría haber debilitado aún más al PLD.
La caída del yen tras la noticia, junto con el aumento récord de los rendimientos de los bonos gubernamentales a 30 años, refleja la inquietud de los mercados ante la falta de un liderazgo claro.