Siempre he dicho que Sánchez podría acabar en el talego. No sé si
finalmente terminará ahí, pero ha hecho tantas cosas mal, y tantas de ellas
se encuentran en los juzgados, que no me extrañaría. En España, la justicia
es garantista y lenta, pero su rodillo es inexorable. Y que Ábalos tenga
tantas cosas en sus pen-drives y que se encuentre tan acorralado; y que
Begoña haya metido tanto la pata; y que Sánchez pueda ser cómplice de
algunas cosas, pues le podría causar disgustos memorables. O sea, que se
ponga las barbas de remojo, porque la de sus vecinos las están pelando los
jueces, que no se casan con nadie. Vamos a ver qué declara Ábalos en su
defensa y a quién le echa la culpa Sánchez del rescate de Air Europa.
Parece que como las decisiones del Consejo de Ministros son colegiadas,
pues su responsabilidad se diluye. Pero las vueltas que da el derecho son
más que las que da un trompo. Y si Ábalos habla, que hablará, porque
alguien le propondrá algún pacto, pues ya veremos a ver lo que ocurre. A
la familia Cebolleta se le reduce cada vez más el cerco policial. Y al
hermanito de Sánchez se le acerca cada vez más la Guardia Civil. Porque, a
menos de que los euros hagan cría, a mí nunca se me había engordado de
la nada la cuenta corriente. De no tener nada a aparecer un millón y pico,
como si se tratara del maná bíblico. No sé, aquí está fallando algo, aquí
pasa algo que se nos escapa, como se nos escaparon las maletas de Delcy.
España, en los periódicos extranjeros, suena ya a corrupción mientras el
juez de la Audiencia Nacional que entiende el caso de Ábalos quiere pasar
ya el asunto al Supremo, por el aforamiento del prota. Entre otros delitos,
por presunto cohecho. Sánchez, átate los machos por si se escuchan esos
pen-drives y tu antiguo amiguito se echa al parloteo. A menos que te
quedes en la India.
viernes, 23 mayo,2025
