Red Eléctrica Española es una empresa controlada en un 20% por la SEPI, que es un conglomerado societario estatal de participaciones industriales, lo que le confiere control público prácticamente, pues nadie más del 80% de los accionistas restantes posee este volumen de acciones, a nivel individual. Está presidida por una exministra de Zapatero, Beatriz Corredor, registradora de la propiedad en excedencia, a la que ayer, durante el apagón, ni se le vio, estaba missing, y que gana 546.000 euros, brutos, al año (la mitad se lo lleva Hacienda, pero es muchísimo). Red Eléctrica no produce energía, sino que la compra a generadores privados y la distribuye a través de todo el territorio nacional, mediante unos 40.000 kilómetros de cable, que sí son de su propiedad. Ayer, Red Eléctrica Española la cagó, haya sido la que haya sido la causa del apagón, a la altura de Venezuela, Pakistán o Filipinas, que también los han sufrido: es decir, de un país del tercer mundo. Porque 15 gigawatios de potencia desaparecieron en cinco segundos de su red y nadie sabe dónde fueron, en una época en la que no existen picos de consumo. Beatriz Corredor huía por los pasillos mientras su sudoroso y sufrido portavoz se esforzaba en justificar lo injustificable, junto a una despeinada colega que no daba una, la pobre, porque yo creo que estaba en su casa y la llamaran para acompañar al otro personaje, que empezó con chaqueta y corbata y terminó descamisado y con cara de ecce homo, que según la vulgata latina significa ser una especie de desgraciado. Luego apareció en escena Sánchez, dos veces, a decir que no descartaban nada; y para eso no hace falta salir en la televisión. Estoy de acuerdo que lo hiciera sin preguntas de periodistas, para no tener que escuchar las imbecilidades habituales de los colegas, ni siquiera de los suyos que pagamos nosotros; en esto le doy la razón. Yo tampoco descarto nada y sigo en mi casa. El presidente tuvo que llamar al rey Felipe, para esconderse detrás de él, en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, o como se llame, convocado el martes en La Moncloa, cuando ya el peligro había pasado. Comienzan a aparecer expertos que dicen que ocurrirá otra vez; pues qué bien. Y se forraron los supermercados, que hoy están como locos reponiendo stocks. Hasta Groenlandia sufrió los embates del apagón de España y estuvo sin internet y con poca luz (bueno, con poca luz está siempre) durante la crisis. Hay varios muertos como consecuencia directa o indirecta del apagón y se han producido unos cuatro mil millones de euros de pérdidas en España, según calcula un especialista. Luego alguien tendrá que pagar las consecuencias, digo yo. No me consuela nada que la Audiencia Nacional haya iniciado una investigación, porque ni tiene medios, ni va a sacar ninguna conclusión, como es habitual en este país. Y me da que el CNI ya sabe lo que sucedió, pero, claro, ¿quién entra en los designios del Centro Nacional de Inteligencia? Yo, ni de coña. Yo soy un yayo.
sábado, 17 mayo,2025
