En un fallo reciente, el Tribunal Supremo ha establecido un precedente significativo en la jurisprudencia española al reconocer la compensación a una esposa por su contribución exclusiva al trabajo doméstico durante el matrimonio, a pesar de que tuvo una breve actividad profesional durante los primeros años de unión.
Según la sentencia, en caso de extinción del régimen de separación de bienes, generalmente por divorcio, si uno de los cónyuges ha contribuido a las cargas del matrimonio exclusivamente con el trabajo en el hogar, tiene derecho a ser compensado por el otro cónyuge. Esta compensación, si no hay acuerdo entre las partes, será fijada por un juez, posiblemente utilizando el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como referencia para los años trabajados, u otros criterios.
Este principio no solo se aplica en el Derecho común, sino también en las legislaciones de Cataluña y Navarra, aunque con algunas variaciones. Por ejemplo, en Cataluña se exige que el otro progenitor haya experimentado un enriquecimiento a causa de esta dedicación.
Uno de los requisitos tradicionales para esta compensación es que la contribución a las cargas del matrimonio haya sido con trabajo doméstico de manera exclusiva. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha mostrado una evolución en su jurisprudencia, flexibilizando este requisito en ciertos casos donde la dedicación, aunque no completamente exclusiva, ha sido predominantemente doméstica.
El caso reciente que motivó esta sentencia involucra a una esposa que, durante cinco de los veintiún años de matrimonio, tuvo una actividad profesional, dedicándose exclusivamente al hogar tras quedar embarazada de su primera y única hija. El Supremo ha considerado que, a pesar de estos cinco años de actividad profesional, la esposa fue prácticamente la encargada exclusiva de las tareas domésticas, lo cual no debe impedir el reconocimiento de la compensación. En su fallo, el Tribunal especificó que estos cinco años deben ser excluidos al calcular la cuantía de la compensación.
Este fallo marca un avance en el reconocimiento del valor del trabajo doméstico y establece una guía más flexible para futuras decisiones judiciales en situaciones similares.
