Ramón se llama la pistola israelí que el Gobierno español compró para la Guardia Civil. 9.000 unidades adquirió España a la fábrica de Israel, o sea que no toda la Benemérita usa la misma arma corta. Pero ahora resulta que a la brava tucán gallega se le ocurrió chantajear a Sánchez, usando las compras de munición a Israel como moneda de cambio. Y, Sánchez, claro, necesita a Sumar para seguir gobernando. Y como Sánchez es sensible a los chantajes de comunistas, independentistas y ex terroristas (aunque no sé si a los terroristas se les debería poner moralmente ese “ex” detrás), pues ha concedido a la comunista gallega la prebenda de dejar sin efecto un contrato de 6,8 millones de euros en proyectiles de pistola con la empresa israelí que suministra la munición para Ramón. ¿Pero qué pasa? Pues que Ramón, con otra munición que no sea la adecuada, se encasquilla. Ya ha ocurrido. ¿Ustedes se imaginan que atracan un furgón blindado en España, acude la Guardia Civil, se intenta defender o detener a los atacantes, se enfrasca en un tiroteo con ellos y se encasquillan las armas de los agentes de la Benemérita? Puede ocurrir, y repito que ya ha ocurrido, si se utiliza otra munición para esa pistola. Además, como informó este periódico, España deberá abonar el importe íntegro del contrato aunque no reciba la munición, luego lo que ha hecho la tucán es atentar contra el erario público, ya lo advirtió la Abogacía del Estado. Y para más inri, España tiene contratos pendientes con Israel de más de 1.000 millones de euros, entre misiles, chalecos antibalas y otros elementos para la defensa, especialmente para sus fuerzas de seguridad. ¿También los va a cancelar? A Sánchez no se le puede preguntar porque casi no sale, está refugiado en La Moncloa, preso de una agorafobia de libro. No ha ido ni siquiera a velar el cadáver del papa “adoptado” por sus correligionarios. La tucán gallega ha viajado a Roma , a exhibirse, junto a Machús, la de Hacienda, y creo que también Bolaños, que tiene cara de papable, y no sé si también Napoleonchu, el de Exteriores, monaguillo ilustre. Marlasca se ha quedado en España y parece que está a punto de dimitir –sería un milagro y algo digno de un gran festejo–, antes de que lo desautoricen otra vez. El Gobierno de España hace aguas, mientras la mayoría de los líderes mundiales se encuentra en Roma. Sánchez, después de lo de Paiporta, no quiere coincidir con el rey, le huye. No asistió a la ceremonia de entrega del premio Cervantes, no volvió a Paiporta ni a Valencia con los reyes, no ha ido a Roma ahora, acompañando al jefe del Estado. Esto es un desastre y cada vez el presidente del Gobierno es más rehén de sus aliados sucios. Total, para seguir en el poder pero sin mandar un carajo. Mandan más Puigdemont y la tucán gallega y hasta el vasco, del que no recuerdo su nombre. Mierda de país, ¿no? Y Ramón, engatillada. O en peligro de engatillarse.
sábado, 19 julio,2025
