El presidente ruso, Vladímir Putin, ha sugerido la creación de un gobierno temporal en Ucrania bajo la supervisión de la ONU, Estados Unidos y países europeos, con el objetivo de organizar nuevas elecciones y facilitar negociaciones de paz. Putin argumenta que el actual gobierno ucraniano es ilegítimo, señalando que el presidente Volodímir Zelenski ha excedido su mandato constitucional.
Esta propuesta ha sido firmemente rechazada por la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, descalificó la iniciativa de Putin, reafirmando la legitimidad del gobierno de Zelenski y enfatizando la necesidad de respetar la soberanía ucraniana.
La Unión Europea también expresó su oposición a la propuesta rusa. Paula Pinho, portavoz de la Comisión Europea, subrayó que Zelenski fue elegido democráticamente y que cualquier sugerencia de elecciones debe provenir del pueblo ucraniano, no de actores externos.
El Kremlin sostiene que Zelenski ha perdido el control de las Fuerzas Armadas, especialmente en relación con el cese de ataques a infraestructuras energéticas rusas. Sin embargo, estas afirmaciones han sido desestimadas por líderes occidentales, quienes las consideran parte de la propaganda rusa.
En respuesta a la propuesta de Putin, el gobierno ucraniano ha lanzado una «contraoferta» irónica, sugiriendo la instauración de un gobierno temporal en Rusia, comenzando por la ciudad de Vorkutá, conocida por su pasado como gulag soviético. Heorhi Tiji, portavoz de Asuntos Exteriores de Ucrania, destacó que la población local se beneficiaría de un cambio de gobierno, en contraposición al enfoque belicista de Putin.
La comunidad internacional permanece dividida respecto a las soluciones para el conflicto en Ucrania. Mientras Rusia propone cambios en la administración ucraniana, Occidente insiste en respetar la soberanía y la elección democrática del pueblo ucraniano. Las tensiones continúan, y la búsqueda de una solución pacífica sigue siendo un desafío complejo en el escenario geopolítico actual.