La cuestión está en saber cuál de los dos, o ninguno, le conviene a América (que es como se llama aquí, por abreviar a los Estados Unidos). El debate peculiar entre Joe Biden, todavía presidente demócrata, y Donald Trump, aspirante republicano, tuvo una conclusión final: ganó el caos; y una segunda: Biden está senil y Trump, aunque moderó sus discursos anteriores, es un peligro para el mundo. O sea, que lo mejor sería que no ganara ninguno de los dos.
Los republicanos van a insistir en su candidato, si la justicia no lo impide, que parece que no. Y los demócratas, descartada por inútil la actual vicepresidenta Kamala Harris, tienen la alternativa de Gavin Newsom, de 56 años, un presentador, escritor y político, que fue alcalde de San Francisco y hoy es gobernador de California, y la de Gretchen Whitner, de 52 años, abogada y gobernadora de Michigan.
Pero falta lo más difícil: convencer a Biden de que se retire de la carrera presidencial, lo que al parecer sólo puede conseguir su esposa. Y su esposa, Jill, está convencida de que Biden ganó el debate a Trump y de que debe ser el candidato demócrata.
Como ven, una encrucijada complicada no sólo para el pueblo americano sino para el mundo libre. Demócratas relevantes han pedido a Nancy Pelosi, ex presidenta de la Cámara de Representantes (cámara baja del Congreso) que convenza a su amigo Biden de que dé un paso a un lado. Pelosi, que tiene unos lúcidos 84 años, está muy cercana –por edad y por amistad— del presidente Biden, de 81 años, uno de los más ancianos en la historia de los Estados Unidos.
El debate con Trump demostró el desequilibrio del republicano y la senilidad del demócrata
“No ando tan bien como antes, pero sé decir la verdad”, dijo Biden tras el debate, reconociendo quizás sus lagunas. Pero todo el mundo pudo verlo en la reunión reciente de líderes europeos, cuando la presidenta del Gobierno italiano Giorgia Meloni tuvo que acudir en su auxilio porque se distanciaba del grupo mientras se hacían la foto de familia, al parecer para saludar a una planta.
El líder del mundo libre, aunque está sujeto a muchos mecanismos “cortafuegos” que filtran sus decisiones, no puede ser un hombre con evidentes síntomas de una aunque sea incipiente demencia senil. Los Estados Unidos siempre han sido muy cuidadosos en este tipo de cosas, pero en el Partido Demócrata no existen, hoy por hoy, alternativas concluyentes. Las de más consenso, sin llegar a ser consensos significativos, son los citados Newsom y Whitner.
Si han visto la serie El sucesor designado, aunque sin muertos de por medio, estamos ante una situación de emergencia similar a ese guion. Por muy democráticas que sean las elecciones USA, ni Biden ni Trump están en condiciones de ser nominados como líderes del mundo libre. Y, además, ¿qué hacer con Trump? Esta respuesta es aún más difícil porque los republicanos quieren que sea presidente. Evidentemente se mueven muchos intereses si llega de nuevo a la Casa Blanca.
Que Dios bendiga a América.
