En una noche de emociones fuertes en Villa Park, el Paris Saint-Germain consiguió el billete a las semifinales de la UEFA Champions League tras perder 3-2 frente a un combativo Aston Villa. El equipo parisino supo gestionar la ventaja obtenida en la ida (3-1) para imponerse en el global por 5-4, en un duelo que rozó el drama en los últimos minutos.
Luis Enrique y sus hombres llegaban con tranquilidad aparente tras el sólido resultado en París, pero sabían que Villa Park no perdona relajaciones. El PSG salió con la intención de sofocar cualquier esperanza inglesa desde el primer momento, y lo logró en parte. Apenas transcurridos 12 minutos, Achraf Hakimi abrió el marcador tras una combinación rápida con Vitinha, silenciando temporalmente a la afición local.
La presión de los parisinos continuó y, a los 23’, Nuno Mendes encontró el segundo tanto en una jugada a balón parado. El lateral izquierdo aprovechó un rechace dentro del área para fusilar al portero Emiliano Martínez y ampliar la ventaja global a 5-1.
En ese momento, todo parecía sentenciado. Sin embargo, el fútbol siempre guarda margen para la sorpresa.
Aston Villa, dirigido por Unai Emery, no bajó los brazos. Empujados por su gente y por el orgullo, comenzaron a reaccionar. El primer tanto local llegó en el minuto 38, obra de Youri Tielemans, cuyo disparo desde la frontal tocó en Lucas Hernández y descolocó al guardameta Gianluigi Donnarumma.
Ese gol fue una chispa que encendió la mecha. La segunda mitad fue completamente del conjunto inglés, que se volcó con intensidad y ambición. En el minuto 57, John McGinn recortó distancias aún más tras una jugada colectiva que culminó con un zurdazo cruzado. El PSG empezaba a tambalearse.
El momento de máximo drama llegó en el 73’, cuando Ezri Konsa, tras un saque de esquina, se elevó por encima de la defensa parisina para marcar el tercero de cabeza. Con el 3-2 (5-4 en el global), el estadio se transformó en una olla a presión. A tan solo un gol de la clasificación, el Aston Villa lo intentó todo: presión alta, balones al área y hasta la entrada de Moussa Diaby y Duran como revulsivos ofensivos.
Los últimos 15 minutos fueron un asedio en toda regla. Donnarumma tuvo que intervenir en dos ocasiones claves, y Marquinhos salvó un gol bajo palos en el minuto 89. El PSG, sin frescura pero con oficio, resistió el envite final de los «villanos» para sellar su pase a semifinales.
Al pitido final, el alivio se hizo evidente en los rostros parisinos. Luis Enrique, mesurado, abrazó a sus asistentes, consciente de que estuvieron a punto de perderlo todo. Unai Emery, por su parte, recibió la ovación de un estadio que reconoció la entrega de su equipo.
Con esta sufrida clasificación, el PSG se mete entre los cuatro mejores de Europa y aguarda al ganador del cruce entre Real Madrid y Arsenal. Si algo quedó claro esta noche, es que el camino hacia la gloria continental será largo y lleno de obstáculos.
En cuanto al Aston Villa, se despide de la Champions con la cabeza en alto, habiendo demostrado que está preparado para competir al más alto nivel del fútbol europeo. Su regreso a la élite ha sido una declaración de intenciones.
