Después de atravesar una de las semanas más duras de su mandato, marcada por una oleada de escándalos de corrupción y denuncias de acoso sexual vinculados a figuras de su partido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reafirmado este domingo su intención de continuar al frente del Ejecutivo. En un mitin celebrado en Cáceres junto al candidato socialista a la presidencia de la Junta de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, Sánchez insistió en que “merece la pena gobernar, aunque sea en estas circunstancias” y que “a los españoles les renta este Gobierno”, defendiendo su gestión en materia social y económica pese al contexto adverso.
El jefe del Ejecutivo reconoció que ante los casos de acoso sexual que afectan a miembros del PSOE —y que han obligado a activar protocolos internos— y frente a episodios de presunta corrupción, “se han podido cometer errores como en cualquier organización humana”, pero subrayó que su partido ha actuado con “contundencia y transparencia” frente a estas situaciones, a la vez que afirmó que el PSOE ha impulsado importantes derechos y libertades, particularmente para las mujeres y trabajadores españoles.
Sánchez contrastó su gestión con la de la oposición, especialmente con el Partido Popular, al que acusó de “mirar hacia otro lado” frente a los problemas y de proponer adelantos electorales sin ofrecer propuestas alternativas. El presidente aprovechó el acto para resaltar logros de su Gobierno en ámbitos como la subida del salario mínimo interprofesional, el aumento de pensiones, el fomento de becas para jóvenes y la defensa de políticas sociales ante retos como la violencia de género.
Sin embargo, la crisis interna en el PSOE se ha visto reflejada en el clima político general. La formación se enfrenta a lo que algunos sectores describen como un “canibalismo interno”, con tensiones entre distintos dirigentes ante la incertidumbre sobre el futuro del liderazgo de Sánchez.
Las denuncias de acoso y los casos de presunta corrupción —incluidos los que implican a figuras cercanas al presidente o a altos cuadros del partido— han erosionado la imagen del PSOE entre algunos colectivos, especialmente entre electoras sensibles a temas de igualdad y justicia interna, lo que ha intensificado los debates sobre responsabilidad política y la necesidad de medidas más contundentes contra abusos dentro de las estructuras del partido.
A pesar de estas tensiones, Sánchez descartó adelantar las elecciones y pidió a los votantes confiar en el futuro del proyecto socialista, apelando a la estabilidad y a la continuidad de las políticas progresistas en un momento crítico. La situación política, en plena campaña para las elecciones autonómicas en Extremadura, refleja tanto el desgaste acumulado por el Ejecutivo como la apuesta del presidente por mantener su liderazgo frente a las críticas internas y externas.
