El magnate tecnológico Elon Musk arremetió este martes contra Peter Navarro, asesor principal de comercio y manufactura de la Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump, llamándolo “imbécil” y “más tonto que un saco de ladrillos” en una serie de publicaciones en su plataforma X. El enfrentamiento público, que ha expuesto profundas divisiones dentro del círculo más cercano de Trump, surge en medio de un intenso debate sobre los aranceles recíprocos impuestos por el presidente, que han desatado turbulencias en los mercados globales y generado críticas tanto dentro como fuera de EE. UU.
La disputa comenzó el lunes, cuando Navarro, durante una entrevista en CNBC, describió a Musk como un “ensamblador” de automóviles en lugar de un fabricante, sugiriendo que Tesla, la empresa de Musk, depende de piezas importadas de países como Japón, China y Taiwán. “Si vas a su planta en Texas, una buena parte de los motores –en el caso de los vehículos eléctricos, las baterías– provienen de Japón y China, y los electrónicos vienen de Taiwán”, afirmó Navarro, defendiendo los aranceles como una forma de fomentar la manufactura nacional y traer de vuelta la producción a ciudades como Akron, Indianápolis y Flint.
Horas después, Musk respondió en X con una andanada de críticas, calificando a Navarro de “realmente un imbécil” y afirmando que sus declaraciones eran “falsas y fácilmente demostrables”. En otro post, Musk insistió en que “Tesla tiene los automóviles más fabricados en EE. UU.” y volvió a arremeter contra Navarro, diciendo que era “más tonto que un saco de ladrillos”, para luego ironizar con una “disculpa a los ladrillos” por la comparación. También se refirió sarcásticamente a “Ron Vara”, un economista ficticio creado por Navarro en su libro de 2011 “Death by China”, como una prueba de la supuesta falta de credibilidad del asesor.
El enfrentamiento ha sido interpretado como una señal de las tensiones internas en la administración Trump sobre su política arancelaria. Musk, que encabeza el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y es uno de los principales aliados de Trump, ha expresado en los últimos días su oposición a los aranceles, abogando por un modelo de “cero aranceles” entre EE. UU. y Europa, como lo afirmó el sábado en un evento en Italia. Navarro, en cambio, ha sido el principal arquitecto de los aranceles recíprocos, que incluyen un gravamen base del 10% a más de 180 países y tarifas más altas, como el 125% recientemente elevado a China, en un intento de reindustrializar EE. UU. y reducir los déficits comerciales.
La Casa Blanca, a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt, intentó minimizar el conflicto este martes en una rueda de prensa, diciendo con una sonrisa que “los chicos serán chicos” y que permitirán que su “enfrentamiento público continúe”. Sin embargo, esta respuesta ha sido criticada por algunos analistas, quienes ven en la disputa un síntoma de la falta de cohesión en la estrategia económica de Trump, especialmente en un momento en que los mercados han perdido más de 6 billones de dólares desde el anuncio inicial de los aranceles el 2 de abril.
El conflicto también ha atraído atención política. El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, aprovechó el enfrentamiento para atacar la administración Trump, diciendo en el Senado que “el caos dentro de la Casa Blanca quedó expuesto cuando Elon Musk llamó imbécil a Peter Navarro, el principal arquitecto de estos aranceles”. Schumer añadió que el plan arancelario es “tan loco y controvertido” que incluso los aliados de Trump no pueden ponerse de acuerdo.
Hasta el momento, Trump no ha intervenido públicamente en la disputa, a pesar de que tanto Musk como Navarro son figuras clave en su administración. Fuentes cercanas al presidente sugieren que Trump ve el enfrentamiento como una “competencia saludable” y no tiene intención de mediar, aunque algunos advierten que podría afectar la credibilidad de su política económica.
Navarro, que regresó a la Casa Blanca tras cumplir una condena de prisión por desacato al Congreso en 2023, sigue siendo un defensor acérrimo de los aranceles, argumentando que son esenciales para devolver empleos y manufactura a EE. UU. Musk, por su parte, ha insistido en que los aranceles dañan a empresas como Tesla, que dependen de cadenas de suministro globales, y podrían llevar a una recesión, como han advertido economistas de JPMorgan y otros bancos.
La escalada verbal entre ambos podría tener implicaciones más amplias, especialmente si Trump decide inclinarse por uno u otro en la formulación de políticas futuras. Mientras tanto, los mercados globales, que este miércoles mostraron una recuperación tras el anuncio de una pausa de 90 días en los aranceles a la mayoría de países (excepto China), siguen pendientes de cómo se resuelve esta división interna. Para muchos observadores, el enfrentamiento entre Musk y Navarro no es solo personal, sino un reflejo de las contradicciones en la visión económica de Trump, entre el proteccionismo de Navarro y el libre comercio defendido por Musk.