Rose Girone, reconocida como la superviviente más longeva del Holocausto nazi, falleció el pasado lunes 24 de febrero a los 113 años en una residencia de ancianos en Long Island, Nueva York. Su hija, Reha Bennicasa, confirmó la noticia este jueves, destacando la resiliencia de su madre, quien escapó de la persecución nazi y dejó un legado de fortaleza y esperanza.
Nacida como Rosa Raubvogel en 1912 en Janow, un poblado del sureste de Polonia (hoy parte de Rusia), Girone vivió una infancia marcada por el traslado de su familia a Hamburgo, Alemania. En 1937, estando embarazada de nueve meses, su esposo Julius Mannheim fue deportado al campo de concentración de Buchenwald. Ella logró sobrevivir gracias a la piedad de un soldado nazi que la dejó marchar, según relató a la Fundación Shoah. Tras huir a Shanghái durante la Segunda Guerra Mundial con su hija y su marido, quien había sido liberado, la familia emigró a Estados Unidos en 1947, estableciéndose en Nueva York.
Girone, quien regentó una tienda de tejidos en Queens hasta bien entrada la vejez, se convirtió en un símbolo de resistencia. “Nada es tan malo que no puedas extraer algo bueno”, solía decir, una filosofía que compartió con la Fundación Shoah y que reflejó su capacidad para encontrar luz en la adversidad. Su longevidad la atribuyó a vivir con propósito, a su familia y a su gusto por el chocolate negro.
Su muerte deja un vacío entre los aproximadamente 245.000 supervivientes del Holocausto que aún viven en el mundo, de los cuales unos 14.000 residen en Nueva York, la ciudad con la mayor población judía fuera de Israel. La comunidad judía y organizaciones como la Claims Conference han lamentado su pérdida, destacando su papel como testigo vivo de uno de los capítulos más oscuros de la historia. Tras su fallecimiento, Mirjam Bolle, una israelí nacida en Holanda de 107 años, asumiría el título de la superviviente más longeva conocida.
La historia de Girone, documentada en entrevistas y redes sociales, sigue inspirando a generaciones, recordando la importancia de preservar la memoria del Holocausto frente al paso del tiempo y la disminución de sus testigos directos.
